Decenas de miles de dominicanos residentes en los condados de Nueva York han recibido pavos por parte de funcionarios electos quisqueyanos y líderes comunitarios, principalmente en el Alto Manhattan y El Bronx. El pavo es consumido tradicionalmente en Estados Unidos durante el Día de Acción de Gracias, una festividad celebrada por millones de ciudadanos en noviembre. En estas áreas, donde se concentra la mayor cantidad de dominicanos en el exterior, varios funcionarios como el congresista Adriano Espaillat, los asambleístas George Álvarez y Yudelka Tapia, y el líder comunitario Haile Rivera, han entregado miles de pavos a sus connacionales.
Se pudo observar a los dominicanos esperando en largas filas para recibir sus pavos congelados, mostrando una sonrisa en sus rostros. La mayor entrega fue realizada por el diputado Cirilo Moronta frente a su restaurante 809, una tradición que ha llevado a cabo durante varios años. La tradición de comer pavo en familia el último jueves de noviembre durante el Día de Acción de Gracias se remonta a un encuentro entre colonos ingleses y nativos americanos en Plymouth en 1621, donde compartieron un banquete con alimentos aportados por ambos grupos.
La festividad de Acción de Gracias no se convirtió en una celebración nacional en Estados Unidos hasta 1789, por iniciativa del primer presidente del país, George Washington. Esta festividad ha sido parte de la cultura estadounidense durante siglos, marcada por reuniones familiares, comidas tradicionales y agradecimiento por las bendiciones recibidas. El pavo se ha convertido en el plato principal de la cena de Acción de Gracias, acompañado por otros alimentos como puré de papas, relleno, arándanos y pastel de calabaza.
Los pavos entregados por los funcionarios quisqueyanos en Nueva York forman parte de un gesto de solidaridad y apoyo a la comunidad dominicana en el exterior, permitiendo que miles de familias puedan disfrutar de una cena tradicional de Acción de Gracias. La entrega de pavos a los residentes dominicanos en Nueva York es una forma de mantener viva la cultura y tradiciones de su país de origen, a la vez que se integran y celebran las festividades estadounidenses. Este gesto refleja la unidad y solidaridad entre la comunidad dominicana en el extranjero, fortaleciendo los lazos entre los ciudadanos de origen dominicano en Nueva York.