La felicidad es un estado emocional profundo y estable que trasciende los altibajos cotidianos, aunque a menudo se confunde con emociones fugaces como la alegría y la euforia. Para medir la felicidad se han desarrollado varios métodos, como test y cuestionarios, que pueden identificar áreas de mejora en la vida de una persona, pero también generar expectativas difíciles de cumplir, lo que puede afectar su bienestar. Sin embargo, medir la felicidad puede resultar difícil debido a la subjetividad de cada individuo y la fluctuación de sus estados emocionales.
Expertos como Manuel González Oscoy y Hugo Sánchez coinciden en que la felicidad es un estado que mejora nuestras vidas y se transforma en bienestar cuando persiste. Según ellos, la felicidad surge al compararnos con otros y al fijarnos metas para alcanzar. Por otro lado, Sebastián Ibarzábal advierte que tener una idea abstracta de la felicidad puede dificultar su acceso y generar sensaciones negativas. Por ello, sugiere ser más precisos y concretos en los objetivos planteados para alcanzar la felicidad.
En cuanto a la medición de la felicidad, el Reporte Mundial de los países más felices analiza factores como el PBI per cápita, la esperanza de vida saludable, la libertad para tomar decisiones de vida, la generosidad y la falta de corrupción. Finlandia lidera la clasificación general, destacando diferentes países según la edad de las personas. En América Latina, Argentina ha mejorado su posición en los últimos años, aunque ningún país se encuentra en los primeros puestos.
Muchas personas consideran que la felicidad es un objetivo fundamental en la vida, pero expertos como Arthur C. Brooks sugieren que es más importante trabajar diariamente por ser más felices que buscarla como un destino final. Seis puntos importantes para lograr ser más felices incluyen no fumar y cuidar la forma de beber, mantener un peso saludable, priorizar el movimiento diario, entrenar estrategias para enfrentar problemas, desafiar al cerebro y nunca dejar de aprender, y cultivar relaciones estables a largo plazo.
Estudios recientes han investigado la relación entre la sobrevaloración de la felicidad y la tendencia a la rumia, así como estrategias efectivas para promover la felicidad. La socilabilidad, mantener una actitud positiva y cultivar relaciones estables constituyen estrategias más efectivas para aumentar la felicidad. En Argentina, los niveles de felicidad han disminuido en los últimos años, destacando la importancia de revisar los aspectos que influyen en el bienestar de los ciudadanos.