La Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció en 2015 una estrategia global en el sector sanitario en hepatitis virales, con el objetivo de su eliminación. A pesar de la importante reducción del número de pacientes infectados desde 2015, la infección por el virus de la hepatitis C (VHC) continúa siendo una causa frecuente y evitable de cirrosis hepática y hepatocarcinoma. Pese al descenso del VHC como causa de trasplante, se observa una estabilización en los últimos dos años, siendo la causa de cerca del 20% de los trasplantes, probablemente debido al desarrollo de cáncer de hígado sobre cirrosis por VHC una vez erradicado este virus.
Una parte importante de los pacientes ya han sido diagnosticados y tratados, pero hay un número relativamente elevado de personas que desconocen que tienen hepatitis C, especialmente en rangos etarios mayores de 50 años que nunca se han realizado una determinación del anticuerpo del VHC. La estrategia global de la OMS establece la eliminación como una reducción del 80% en las nuevas infecciones por VHC y una reducción del 65% en la mortalidad por VHC. La eliminación de la hepatitis C es posible si se emplean los recursos y herramientas necesarias para su tratamiento.
La OMS, en conjunto con otras instituciones sanitarias y gobiernos, ha trabajado en esta estrategia global en hepatitis virales con el objetivo de erradicarlas como problema de salud pública antes del año 2030. Es necesario continuar con los esfuerzos para alcanzar los objetivos de reducción de nuevas infecciones y mortalidad por VHC. La eliminación de la hepatitis C es un desafío que requiere de la colaboración y coordinación de todos los actores involucrados en la salud pública.
A pesar de los avances en el tratamiento y diagnóstico de la hepatitis C, todavía hay un grupo de personas que desconocen su condición de portadores del virus. Es fundamental realizar campañas de concientización y detección precoz de la infección para lograr una eliminación efectiva de la hepatitis C. Los esfuerzos deben centrarse en alcanzar a aquellos grupos más vulnerables y en riesgo de contraer la infección, así como en garantizar el acceso equitativo a los tratamientos adecuados.
La hepatitis C sigue siendo una preocupación de salud pública a nivel mundial, a pesar de los esfuerzos por reducir el número de casos y mejorar el acceso a tratamientos efectivos. La colaboración entre los diferentes sectores de la sociedad, así como la implementación de políticas de salud pública efectivas, son clave para lograr la eliminación de esta enfermedad. La detección temprana, el tratamiento oportuno y la prevención de nuevas infecciones son fundamentales en la lucha contra la hepatitis C.
En resumen, la eliminación de la hepatitis C es un objetivo alcanzable si se continúan con los esfuerzos y se emplean los recursos necesarios para su tratamiento y prevención. La estrategia global establecida por la OMS en 2015 sienta las bases para trabajar hacia la erradicación de la hepatitis C como problema de salud pública en los próximos años. Es fundamental impulsar acciones a nivel mundial para concientizar sobre la importancia de la detección y el tratamiento de la hepatitis C, así como para garantizar el acceso equitativo a los servicios de salud para todas las personas afectadas por esta enfermedad.