Los expertos consultados coinciden en que República Dominicana está preparada para ser gobernada por una mujer, ya que el pueblo ha mostrado simpatía y deseos de tener un liderazgo femenino en el país. Ejemplos como el de Milagros Ortiz Bosch en los años 90 demuestran que el pueblo dominicano estaba listo para tener a una mujer como presidenta. Sin embargo, los obstáculos no vienen del pueblo, sino de las cúpulas de los partidos políticos que no han sabido aprovechar el respaldo mayoritario que ha mostrado tener el liderazgo femenino.
Los partidos políticos han sido identificados como un obstáculo para las mujeres que aspiran a cargos de liderazgo en República Dominicana. A pesar de que el pueblo dominicano ha demostrado apoyo a mujeres en la política, los partidos políticos se muestran reticentes a otorgarles candidaturas y distribución de recursos. Esta resistencia de las cúpulas partidarias ha sido una barrera para que las mujeres accedan a posiciones de liderazgo en el país.
Expertos también señalan la necesidad de cambios en la mentalidad y los patrones de creencias en la sociedad dominicana. Es importante cuestionar la división tradicional de roles de género en la política y en la vida privada de los líderes políticos. Se destaca la importancia de generar equidad de género tanto en la esfera pública como en la privada, reconociendo que tanto hombres como mujeres pueden tener responsabilidades en ambos ámbitos de sus vidas.
El internacionalista Iván Gatón enfatiza la importancia de la institucionalidad en los países de América Latina, más que en el sexo de quienes ejercen el poder. Una estructura institucional sólida es necesaria para garantizar el ejercicio eficaz de las funciones de un estado de derecho. En este sentido, es crucial fortalecer las instituciones democráticas y promover la participación equitativa de hombres y mujeres en todos los niveles de gobierno.
A pesar de las condiciones favorables que existen en República Dominicana para que una mujer sea presidenta, se señala que los obstáculos provenientes de los partidos políticos y de la resistencia de las cúpulas partidarias han limitado el avance de liderazgos femeninos en el país. Es necesario continuar trabajando en la eliminación de barreras de género y en la promoción de una participación equitativa de hombres y mujeres en la política, para lograr una representación más diversa y democrática en el gobierno dominicano.