El secretario de Seguridad Nacional de EE.UU., Alejandro Mayorkas, anunció que los haitianos que lleguen por mar a suelo estadounidense serán devueltos, y que el Gobierno de Biden no está considerando ampliar el Estatus de Protección Temporal (TPS) para estos ciudadanos. Mayorkas subrayó que los haitianos que buscan escapar de la violencia en su país deben evitar viajar por mar a Estados Unidos. Además, mencionó que ya han sido devueltos a Haití migrantes interceptados por la Guardia Nacional, haciendo hincapié en que no habrá una renovación o expansión del TPS para Haití.
En marzo pasado, la agencia federal de EE.UU. detuvo a 65 haitianos cerca de Great Inagua, en las Bahamas. Esto se suma a las repatriaciones realizadas por países vecinos en ese mismo mes, que alcanzaron a unos 13.000 haitianos, un 46 % más que en febrero. A pesar de la grave crisis humanitaria y la escalada de la inseguridad en Haití, se han realizado deportaciones constantes, generando críticas por parte de organismos internacionales y organizaciones de derechos humanos.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha señalado que en Haití hay casi 100.000 desplazados internos viviendo en asentamientos en condiciones deplorables, con necesidades urgentes de alimentos, atención médica, agua, apoyo psicológico e instalaciones higiénicas. La situación en el país caribeño es muy complicada y pese a los llamamientos para evitar las deportaciones, estas continúan ocurriendo. Este panorama agrava la crisis humanitaria que enfrenta Haití, con una población que lucha por sobrevivir en medio de la violencia y la precariedad.
La postura de EE.UU. con respecto a los migrantes haitianos que intenten llegar por mar es clara: serán devueltos a su país de origen. El Estatus de Protección Temporal (TPS) no será ampliado o renovado para esta población, a pesar de la situación de inseguridad y crisis humanitaria que se vive en Haití. Las repatriaciones continuas, tanto por parte de Estados Unidos como de países vecinos, generan preocupación en organismos internacionales y organizaciones defensoras de los derechos humanos, quienes abogan por una política humanitaria que proteja a los vulnerables.
La comunidad internacional sigue de cerca la situación de Haití, donde la violencia y la crisis humanitaria persisten. Con miles de desplazados internos viviendo en condiciones precarias y la falta de recursos básicos como alimentos, agua y atención médica, la población haitiana lucha por sobrevivir en un entorno cada vez más hostil. Las repatriaciones de migrantes haitianos se suman a esta compleja realidad, generando preocupación por el bienestar de quienes son obligados a retornar a un país al borde del colapso. La presión política y la necesidad de soluciones urgentes son temas que se destacan en este contexto desafiante.