Estados Unidos aprobó un nuevo envío de armas a Israel, que incluye más de 2.000 bombas de pequeño y mediano diámetro, antes del ataque israelí que el 1 de abril acabó con la vida de siete voluntarios de la ONG World Central Kitchen (WCK), del chef español José Andrés. Según un alto funcionario estadounidense, la autorización se produjo a pesar de la presión sobre la Casa Blanca para detener estas transferencias ante la ofensiva israelí sobre la Franja de Gaza. La Casa Blanca ha sido criticada por su continuo apoyo militar al Gobierno israelí de Benjamín Netanyahu para su ofensiva en Gaza.
De acuerdo al informe de The Washington Post, la nueva transferencia de bombas se aprobó el lunes, pero antes del ataque israelí contra el convoy de WCK. Las críticas hacia la Casa Blanca por parte de organizaciones de derechos humanos, de la comunidad árabe y musulmana en EE.UU. y de algunos legisladores y trabajadores de la Administración. El funcionario estadounidense explicó que las nuevas bombas corresponden a un paquete militar autorizado por el Congreso anteriormente y no serán entregadas a Israel hasta finales de este año o el próximo.
En un informe preliminar sobre el suceso de WCK, el Ejército israelí concluyó que el ataque no tuvo la “intención de dañar a los trabajadores humanitarios” y se debió a una “identificación errónea”. Sin embargo, la organización de José Andrés ha denunciado que los tres vehículos del convoy fueron atacados deliberadamente en un rango de más de un kilómetro hasta lograr la eliminación de todos sus miembros. Ante esta situación, Biden endureció el tono en una llamada con Netanyahu en la que por primera vez condicionó el futuro apoyo estadounidense a la ofensiva sobre Gaza a pasos concretos de Israel para proteger a los civiles y a los trabajadores humanitarios.
La situación en la Franja de Gaza ha generado debate y controversia en Estados Unidos, con diferentes sectores expresando su desacuerdo con la política de apoyo militar a Israel. Las críticas hacia la Casa Blanca se han intensificado, con llamados a detener las transferencias de armas y a condenar las acciones del Gobierno israelí en Gaza. Por otro lado, el Ejército israelí ha indicado que el ataque contra el convoy de WCK fue un error y no tuvo intención de dañar a los trabajadores humanitarios.
La aprobación de un nuevo envío de armas a Israel por parte de Estados Unidos ha generado tensiones y cuestionamientos sobre la política exterior del país en la región. La intervención de Biden en la llamada con Netanyahu marca un cambio en el tono de la relación entre ambos países, condicionando el apoyo futuro a acciones específicas por parte de Israel para proteger a civiles y trabajadores humanitarios en Gaza. La situación continúa siendo delicada, con la comunidad internacional observando de cerca los acontecimientos en la región.