Martin Luther King Jr. tenía un sueño de un mundo donde todos los seres humanos fueran tratados por igual, sin importar su color de piel. En su sueño, veía niños y niñas de diferentes razas caminando juntos como hermanos y hermanas. A pesar de que no pudo ver su sueño hecho realidad en vida, su legado de lucha por la igualdad y la libertad sigue vigente. En el día de su muerte, mientras apoyaba a trabajadores sanitarios en huelga en Memphis, Tennessee, Luther King afirmó que le preocupaba más el silencio de los buenos que el grito de los violentos. Su mensaje de no callar frente a la injusticia sigue resonando en la actualidad.
En Argentina, ocho años después de la muerte de Luther King, comenzaba una etapa oscura con el Golpe militar que llevó a la desaparición de miles de personas y la instauración de un régimen autoritario que coartaba la libertad de expresión y de pensamiento. Sin embargo, la valentía de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, que no callaron ante el silencio de la muerte, se convirtió en un ejemplo de resistencia y lucha por la justicia. Su grito de "Nunca más" se convirtió en un llamado a no olvidar y a seguir buscando la verdad y la memoria histórica.
En medio de una semana marcada por trágicos atentados en Buenos Aires, como el ataque a la Embajada de Israel y la sede de la AMIA, se recuerda a las víctimas y a los sueños truncados de cientos de personas. Estos actos de violencia representaron un golpe a la libertad de creer y expresarse de diferentes maneras, pero también fortalecieron la determinación de la sociedad para exigir justicia y no olvidar lo sucedido. El grito de "Justicia, Justicia perseguirás" resuena aún hoy en busca de respuestas y reparación.
El silencio ante la injusticia y la falta de ética es lo que alimenta el grito de la impunidad. Cuando nos conformamos y aceptamos la injusticia, nos convertimos en cómplices de ella. Martin Luther King Jr. señalaba que el silencio ante la traición llega un momento en que se convierte en complicidad. Por eso, es importante no renunciar a los sueños de una sociedad justa y equitativa, donde todos puedan vivir en libertad y con dignidad. El compromiso con la memoria y la lucha por un mundo mejor deben ser una constante en nuestras vidas.
Es fundamental no perder de vista el sueño de un mundo donde la diversidad sea celebrada y donde todos puedan vivir en armonía, respetando las diferencias y las creencias de cada individuo. La igualdad en derechos y oportunidades, junto con la aceptación de las diferencias, son pilares fundamentales para construir una sociedad justa y libre. A pesar de que este sueño pueda parecer lejano, es importante no perder la esperanza y seguir luchando por un mundo mejor. El silencio no puede ser una opción frente a la injusticia y la opresión, sino que debemos alzar la voz y seguir trabajando por un futuro más justo y equitativo para todos.