El Instituto Duartiano reconoció a Felipe Rojas Alou por su compromiso con la patria dominicana y su nacionalismo desde la infancia. Felipe demostró su amor por su país al enfrentarse al imperialismo estadounidense durante la revolución de abril de 1965, al negarse a jugar mientras sonaba el himno estadounidense. Esta valiente acción le valió el respeto y la admiración de muchos, ya que demostró su lealtad a la República Dominicana por encima de cualquier otra consideración.
Felipe nunca se arrepintió de su decisión y su patriotismo no conoce límites. El orgullo de Haina, su ciudad natal, se encuentra satisfecho con la medida que tomó en 1965. Además, junto a sus hermanos Mateito y Jesús, formó el único trío de hermanos en jugar en los tres jardines en un juego con los Gigantes de San Francisco, lo que demuestra la pasión y destreza de la familia Alou en el béisbol.
Tras su participación en los Juegos Olímpicos de París, se ha demostrado la necesidad de realizar un estudio sobre la situación de los atletas del interior del país, que muchas veces no cuentan con las mismas oportunidades ni reconocimiento que los atletas de las grandes ciudades. Este reconocimiento al compromiso de Felipe con su patria es un ejemplo de la importancia de valorar y apoyar a todos los deportistas dominicanos, sin importar su procedencia o nivel de visibilidad.
La historia de Felipe Rojas Alou es un ejemplo de valentía, pasión y amor por la patria. Su negativa a participar en un juego mientras sonaba el himno estadounidense durante la revolución de 1965 es un acto de heroísmo y lealtad a su país que ha quedado grabado en la memoria de muchos. Junto a sus hermanos, Felipe demostró su destreza y amor por el béisbol, convirtiéndose en uno de los tríos de hermanos más destacados en la historia de este deporte.
Es importante reconocer y valorar la labor de atletas como Felipe, que han dedicado su vida al deporte y han representado a su país con honor y dignidad. Su compromiso con la patria dominicana y su valentía para defender sus principios y valores son un ejemplo para las futuras generaciones de deportistas. El legado de Felipe Rojas Alou seguirá vivo en la historia del béisbol dominicano y en el corazón de todos los que lo admiran y respetan por su amor a la patria.