El Fondo Monetario Internacional (FMI) concluyó la consulta del Artículo IV con la República Dominicana, aprobando la evaluación preparada por el personal técnico sin la realización de una reunión. Durante las dos últimas décadas, la República Dominicana ha logrado un crecimiento económico sólido y resiliente con una baja inflación, gracias a políticas eficaces y marcados marcos institucionales.
La desaceleración del crecimiento económico en 2023, causada por condiciones financieras globales e internas más restrictivas, una débil demanda de exportaciones y factores internos transitorios, incluida la disminución de los precios de las materias primas, llevó a una convergencia temprana de la inflación hacia la meta del 4±1 por ciento. Ante esto, el Banco Central de la República Dominicana (BCRD) ajustó su política monetaria de forma prudente, reduciendo su tasa principal y aumentando las intervenciones cambiarias para estabilizar el tipo de cambio.
A pesar de la incertidumbre, tanto global como interna, se proyecta un crecimiento del PIB real en torno al 5 por ciento a largo plazo, con una inflación en el rango meta del 4 por ciento en el mediano plazo. Se espera que el déficit en cuenta corriente se reduzca gradualmente por debajo del 3 por ciento del PIB y se financie completamente con Inversión Extranjera Directa (IED). Los riesgos a corto plazo están moderados, pero persisten, mientras que a mediano plazo, se ven más equilibrados y con posibles beneficios si se implementan con éxito importantes reformas.
El Directorio Ejecutivo respaldó la evaluación del personal técnico, destacando la importancia de las sólidas políticas y marcos institucionales que han guiado el crecimiento de la República Dominicana. Las autoridades han implementado políticas adecuadas para apoyar la recuperación económica, supervisando de cerca el sector financiero. Se proyecta que el PIB real crezca alrededor del 5 por ciento a largo plazo, con una inflación cercana al objetivo del 4 por ciento.
Para mantener la estabilidad macroeconómica y financiera, se deben priorizar políticas que aumenten la flexibilidad del tipo de cambio y continúen la normalización de la política monetaria. Además, se insta a seguir fortaleciendo el sector financiero y modernizando el marco regulatorio para garantizar su resiliencia. La consolidación fiscal gradual, junto con una reforma fiscal integral y esfuerzos para mejorar la gestión pública y el clima empresarial, son fundamentales para promover un crecimiento inclusivo y reducir las vulnerabilidades económicas.