Un equipo de investigadores del Instituto Guttmann de Barcelona ha diagnosticado el síndrome de cola de caballo que sufría la pintora Frida Kahlo, 70 años después de su fallecimiento. Este síndrome, de origen traumático, podría explicar parte de los síntomas que afectaron a la vida y obra de la artista. Kahlo, una de las artistas más célebres del siglo XX, vivió una vida con una salud frágil y con dolor, en parte debido a un accidente de tráfico que le dejó múltiples secuelas y la obligó a permanecer inmóvil durante largos periodos.
Nacida en 1907 en Ciudad de México, Kahlo sufrió polio a los 6 años, lo que le causó secuelas permanentes en su pierna derecha, que era más corta y débil que la izquierda. A los 18 años, sobrevivió a un grave accidente de tráfico que le ocasionó numerosas fracturas, dislocaciones y fracturas en distintas partes de su cuerpo, incluidas dos vértebras lumbares. Tras el accidente, pasó un mes en el hospital y dos en casa, pero continuó experimentando dolor y fatiga crónicas en su cuerpo.
Investigaciones realizadas por el Instituto Guttmann han analizado los documentos médicos de Kahlo y concluido que parte de sus síntomas podrían estar relacionados con el síndrome de cola de caballo. Este síndrome es una afectación causada por una lesión de las raíces nerviosas de la médula espinal baja, y podría explicar el dolor intenso de espalda, las dificultades en las piernas y la pérdida de sensibilidad en la parte inferior del cuerpo que sufrió la artista. Los investigadores destacan la importancia de identificar este síndrome en pacientes históricos para comprender mejor sus síntomas e impacto.
Además de los problemas de salud ocasionados por la polio y el accidente, Kahlo experimentaba dolor de ciática persistente, hipersensibilidad al tacto y dolor neuropático en distintas partes de su cuerpo. Los investigadores han sugerido que estos síntomas podrían estar relacionados con la SCC y no con otros diagnósticos como el síndrome postpolio o la espina bífida, los cuales no presentaban síntomas compatibles con lo que padecía la artista antes del accidente. A pesar de someterse a múltiples operaciones, Kahlo continuó sufriendo dolor y fatiga crónicas hasta su fallecimiento en 1954.
Los investigadores enfatizan la importancia de utilizar tratamientos adecuados para afectaciones como la SCC, ya que los corsés ortopédicos que usó la artista no eran el método más adecuado. Estos dispositivos ortopédicos podrían haber contribuido a la discapacidad de Kahlo, empeorando su dolor y causando trastornos en su marcha. La identificación del síndrome de cola de caballo en pacientes históricos como Kahlo permite una comprensión más completa de sus síntomas y sus consecuencias en la vida y obra del artista, ayudando a arrojar luz sobre su compleja situación médica.