La violencia en Haití continúa siendo un problema, con pandillas que mantienen un dominio casi absoluto en la capital a pesar de la instalación de un nuevo gobierno de transición. A pesar de los esfuerzos por enfrentar a las pandillas, la inseguridad y la violencia representan un serio desafío para las autoridades entrantes. Kenya ha anunciado el envío de policías para ayudar en la lucha contra las pandillas, aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU. A pesar del respaldo de la mayoría de países, las pandillas han expresado su rechazo a la incursión.
En total, más de 1,000 efectivos policiales de Kenia serán enviados a Puerto Príncipe, con una primera partida de alrededor de 200 elementos. La misión de los militares kenianos será enfrentar a grupos armados en su propio terreno, una tarea difícil que pone en riesgo el éxito de la incursión. A pesar del respaldo de grandes potencias como Estados Unidos y Canadá, el desafío de combatir a las pandillas armadas en Haití sigue siendo complicado.
Por otro lado, la división en el nuevo Consejo Presidencial de Haití ha generado tensiones, con la elección inesperada de Fritz Bélizaire como primer ministro. Cuatro de los siete miembros del consejo con poder de voto han apoyado a Bélizaire, mientras que otros se oponen a esta decisión. La falta de consenso en el consejo plantea un desafío adicional para las autoridades transitorias en la elección de nuevos líderes para el país.
La crisis humanitaria en Haití se suma a la violencia y la inseguridad, con miles de desplazados y más de dos millones de niños en estado de vulnerabilidad y amenazados por la hambruna. Los puertos están cerrados y el aeropuerto ha recibido pocos vuelos en las últimas semanas, lo que agrava la situación humanitaria en el país. Si no se logra un consenso y se abordan urgentemente los problemas de seguridad y humanitarios, la agitación en Haití podría desencadenar un estallido incontrolable en los próximos días.