El Ejército de Israel afirmó que había liquidado por completo a la cúpula militar del movimiento chií libanés Hizbulá, incluido su líder máximo Hasán Nasrala, y se declaró listo para una "escalada más amplia" en caso de un ataque de represalia coordinado por Irán. Esto se produjo luego de un ataque masivo contra un edificio en el sur de Beirut en el que se anunció la muerte de Nasrala.
La muerte de Nasrala, quien fue el líder de Hizbulá desde 1992, abre un escenario impredecible sobre el futuro del grupo y del conflicto con Israel. Tras estos sucesos, el Ejército israelí se manifestó preparado para una escalada mayor y afirmó tener sus fuerzas en alerta máxima, con una alta preparación según la inteligencia. Además, Israel ha llevado a cabo previos asesinatos selectivos de líderes del grupo chií libanés, como Fuad Shukr.
Tras los recientes ataques de Israel contra Hizbulá en Beirut, el líder supremo de Irán, Ali Jameneí, instó a los musulmanes del mundo a apoyar al grupo al considerar a Israel como un "agresor y malvado enemigo". Jameneí afirmó que el destino de la región será decidido por las fuerzas de resistencia lideradas por Hizbulá, y calificó a Israel como un "perro rabioso sionista". Irán ha apoyado a grupos aliados en conflictos anteriores con Israel, acusando al país de cometer crímenes de guerra.
Irán aseguró que el camino de Hasán Nasrala, líder de Hizbulá, continuará a pesar de su muerte en los bombardeos israelíes en Beirut. El Ministerio de Exteriores iraní afirmó que el objetivo santo de Nasrala de liberar Jerusalén se llevará a cabo. Estos sucesos han generado un clima de tensión en la región, con posibles consecuencias impredecibles sobre el futuro del conflicto entre Hizbulá e Israel.
El mensaje de Israel tras los ataques a Hizbulá es claro: cualquier amenaza a sus ciudadanos será respondida con fuerza en diferentes lugares, incluyendo el norte, el sur y más allá. El bombardeo en Beirut en el que murió Nasrala fue planificado durante mucho tiempo y se consideró oportuno. Estos acontecimientos han generado alerta en la región y han elevado la tensión entre las partes involucradas en el conflicto. La escalada de violencia podría tener consecuencias devastadoras en la zona.
Ante los recientes bombardeos israelíes en Beirut y la muerte del líder de Hizbulá, la reacción de Irán fue contundente al instar a los musulmanes del mundo a apoyar al grupo chií y a condenar a Israel como un "régimen usurpador, cruel y malvado". Esto desencadenó una serie de declaraciones y posturas firmes por parte de ambas partes, generando un clima de incertidumbre y tensión en la región. La escalada de violencia parece ser inminente, lo que podría tener graves repercusiones para ambas partes y para la estabilidad en Oriente Medio.