Hombres armados invadieron otro pueblo al norte de la capital de Haití, disparando y prendiendo fuego a casas, apenas una semana después de una masacre en la región central del país. Aunque inicialmente se desconocía la cifra de víctimas, los habitantes de Arcahaie llamaron a emisoras de radio pidiendo auxilio y solicitando la presencia policial para ayudarlos.
Lionel Lazarre, segundo vocero policial, informó a Radio Caraïbes que ya se encontraban policías en el área y que se estaban tomando medidas para fortalecer la presencia policial en la zona. La policía respondió a los llamamientos desesperados de los residentes de Arcahaie, que estaban siendo atacados por hombres armados que disparaban y prendían fuego a viviendas, especialmente en las comunidades de Vigner y Bercy.
Según reportes de varias emisoras de radio, el ataque fue llevado a cabo por una pandilla de la región de Canaan conocida como el Talibán, la cual cuenta con unos 200 miembros y opera principalmente en el sector norte de la capital, Puerto Príncipe. Arcahaie se encuentra entre Puerto Príncipe y Pont-Sondé, donde otra pandilla, Gran Grif, está acusada de perpetrar una masacre en la semana anterior, en la que más de 155 personas perdieron la vida.
A pesar de que la mayoría de la violencia de las pandillas se concentra en Puerto Príncipe, donde el 80% está controlado por grupos criminales, se ha extendido al norte de la capital en los últimos años, especialmente en la región central de Artibonite. La situación de inseguridad y la presencia de pandillas armadas representan un grave problema en Haití, afectando a múltiples comunidades y causando daños a la población civil.
La falta de control por parte de las autoridades policiales y la presencia de pandillas armadas en diversas regiones del país ponen en peligro la vida de los ciudadanos haitianos. La violencia y la inestabilidad incesante generan un clima de temor y desconfianza en la población, que se ve atrapada en medio de conflictos que ponen en riesgo su seguridad y bienestar.
Es necesario fortalecer las medidas de seguridad y aplicar políticas efectivas para combatir la violencia de las pandillas y garantizar la tranquilidad y protección de la población haitiana. La violencia indiscriminada y los actos criminales deben ser enfrentados con determinación y firmeza por parte de las autoridades para restablecer el orden y la paz en el país. La cooperación internacional y el apoyo de la comunidad internacional son fundamentales para abordar este desafío y buscar soluciones a la crisis de inseguridad que afecta a Haití.