El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció nuevos aranceles por valor de 18.000 millones de dólares a las importaciones de productos de China, afectando sectores vitales para el futuro económico y la seguridad nacional de Estados Unidos como el acero, aluminio, semiconductores, vehículos eléctricos, baterías, paneles solares, grúas de descarga de buques y productos médicos. Esta medida se tomó en plena campaña para las elecciones del 5 de noviembre y en un intento por alejar a la clase trabajadora de EE.UU. del expresidente Donald Trump, futuro candidato republicano.
Los aranceles más contundentes afectan a los vehículos eléctricos, pasando del 25 % al 100 % este año debido al crecimiento de las exportaciones de vehículos eléctricos de China a Estados Unidos, considerado una amenaza para el mercado interno de estos automóviles. Biden busca que dos tercios de los nuevos coches vendidos en Estados Unidos sean eléctricos en 2032 y ha impulsado programas para incentivar su producción. También se incrementarán los aranceles sobre las baterías utilizadas en vehículos eléctricos, cuyo mercado China controla en un 80 %.
En cuanto a energía limpia, se aumentarán los aranceles sobre los paneles solares y semiconductores, buscando impulsar la producción nacional de semiconductores respaldada por una inversión de 53.000 millones de dólares aprobada por el Congreso. Además, se aplicarán aranceles sobre las grúas de descarga de buques y productos médicos, como jeringas, agujas, respiradores, mascarillas y guantes médicos, aumentando los gravámenes en diferentes porcentajes y fechas de entrada en vigor.
La Casa Blanca ha intentado diferenciar estos aranceles, dirigidos a sectores en los que Biden ha invertido, de los "aranceles indiscriminados" impuestos por Trump durante su mandato, que desencadenaron una guerra comercial con consecuencias negativas para el crecimiento global. Biden busca fortalecer la producción nacional y proteger sectores estratégicos de la economía estadounidense, apostando por un enfoque más selectivo en la imposición de aranceles a China. La implementación de estos aranceles dependerá de quién gane las elecciones y asuma la presidencia en los próximos años.
En resumen, los nuevos aranceles anunciados por la Casa Blanca afectarán a diversos sectores clave de la economía, como el acero, aluminio, semiconductores, vehículos eléctricos, baterías, paneles solares, grúas de descarga de buques y productos médicos, con el objetivo de proteger la producción nacional y promover la adopción de tecnologías limpias en Estados Unidos. Esta medida se enmarca en un contexto de dura competencia económica y tensiones geopolíticas con China, buscando equilibrar las relaciones comerciales y proteger los intereses estratégicos de Estados Unidos en un mercado global altamente competitivo.