Denise Lodge admitió su participación en una red de venta ilegal de partes de cuerpos donados a la prestigiosa universidad de Harvard Medical School. Su esposo era el ex gerente de la morgue de la institución y ella se declaró culpable de un delito grave relacionado con el comercio ilegal de partes humanas. En un tribunal de Estados Unidos, aceptó su culpabilidad en la carga de transporte interestatal de bienes robados. Este caso reveló una alarmante demanda de restos humanos en el país y una red que involucra a empleados de funerarias hasta entusiastas coleccionistas privados.
El esquema descrito por los fiscales federales como "egregio" implicó a la pareja Lodge, así como a varios cómplices, incluyendo un empleado de una funeraria en Arkansas y una propietaria de una tienda en Massachusetts. Se negociaron partes corporales humanas, como cabezas y manos, a través de plataformas en línea, generando hasta 11.000 dólares en ventas. Denise Lodge se vinculó directamente con la venta de diversos restos que fueron donados a la universidad con fines educativos y de investigación. Su abogada argumentó que el caso se sostiene en dilemas morales y éticos más que en una base criminal.
El incidente arrojó luz sobre un mercado negro "muy regulado" de donaciones de órganos y tejidos que no se extiende a cuerpos completos. Solo cuatro estados en todo el país supervisan estrechamente las donaciones y ventas de cuerpos completos. El vacío en la regulación facilita este tipo de esquemas ilegales, donde las familias pueden ser atraídas por ofertas de cremación gratuita sin saber que los cuerpos donados pueden ser comerciados por hasta 5.000 dólares. Las partes robadas fueron sustraídas sin el consentimiento de Harvard Medical School, donde se suponía que los cuerpos donados debían ser utilizados para avances médicos y educación antes de su cremación programada.
La reacción de la familia de Nick Pichowicz, cuyos restos fueron vendidos, refleja la traición y el dolor infligido a los seres queridos de los donantes. Harvard ha tomado medidas para asegurar la integridad de su Programa de Donaciones Anatómicas, incluyendo la revisión de políticas y prácticas por un panel de expertos externos. Estas acciones buscan restaurar la confianza y el respeto hacia los donantes que ceden generosamente sus cuerpos para el avance de la ciencia. La pérdida de confianza tras este escándalo podría tener un impacto duradero en la reputación de la universidad y la confianza del público en los programas de donación anatómica.
En conclusión, Denise Lodge se declaró culpable de participar en una red de venta ilegal de partes de cuerpos donados a Harvard Medical School, revelando una alarmante demanda de restos humanos en Estados Unidos. El esquema, que operó entre 2018 y 2020, implicó a varios cómplices y generó hasta 11.000 dólares en ventas. Este incidente puso de manifiesto la falta de regulación en la donación y venta de cuerpos completos en el país, lo que facilita este tipo de esquemas ilegales. La reacción de las familias afectadas refleja la profunda traición y el dolor causado por este comercio clandestino. Harvard ha implementado medidas para restaurar la confianza en su Programa de Donaciones Anatómicas y garantizar la integridad de sus prácticas.