La nueva hazaña épica de Steph Curry en París lo sitúa entre los 10 mejores jugadores de la historia.

El acto número uno comienza con Serbia amenazando con derrotar al equipo de baloncesto de Estados Unidos en los Juegos Olímpicos, liderando por 17 puntos después del tercer cuarto. Sin embargo, Steph Curry se convierte en la figura clave para una victoria épica de Estados Unidos, anotando 36 puntos y 9 triples para llevar a su equipo a la final.
En el acto número dos, Francia amenaza con arrebatarle el oro a Estados Unidos, acercándose a 3 puntos a pocos minutos del final. Una vez más, Curry se destaca como la estrella con su habilidad para anotar tiros cruciales que aseguran la victoria del equipo estadounidense y la obtención de la medalla de oro en los Juegos Olímpicos.
Estos dos momentos representan hitos importantes en la carrera de Curry, que a los 36 años logra ganar la medalla de oro olímpica, un título que le faltaba en su exitosa trayectoria deportiva. A pesar de que el premio al MVP del torneo se lo lleva LeBron James, muchos consideran que Curry debería haber sido reconocido por su desempeño en los momentos decisivos y frente a los rivales más fuertes.
Curry se ha consolidado como uno de los mejores jugadores de la historia del baloncesto, con logros que incluyen cuatro campeonatos de la NBA, dos veces MVP y múltiples reconocimientos por su desempeño en la cancha. Su habilidad para cambiar el juego con su increíble puntería y rango de tiro ha revolucionado la forma en que se defiende en la línea de triples.
El legado de Curry va más allá de sus logros individuales, ya que ha inspirado a jugadores de todo el mundo con sus habilidades únicas y su enfoque en divertirse en la cancha. Sus rutinas de calentamiento y ejercicios con la pelota se han convertido en una atracción para los aficionados, que acuden temprano a los partidos para presenciar sus increíbles habilidades en el tiro.
Curry ha logrado hazañas tan inverosímiles que incluso videos de sus lanzamientos increíbles parecen reales, lo que refleja la capacidad del Chef para sorprender en cada encuentro. Su impacto en el baloncesto va más allá de los títulos y premios, ya que ha cambiado la forma en que se juega el juego y ha inspirado a una nueva generación de jugadores a perseguir la excelencia en la cancha.