El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, condenó enérgicamente el ataque perpetrado por la banda armada Grand Grif en la localidad de Port Sonde, Haití, en el que murieron al menos 70 personas. El ataque dejó también muchos heridos y desplazó a unas 3,000 personas. La violencia de las bandas armadas se está extendiendo desde la capital a otros departamentos de Haití, lo que ha generado preocupación en la comunidad internacional.
Guterres ha destacado la importancia de los esfuerzos conjuntos realizados por la Policía Nacional de Haití y la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad liderada por Kenia. Se hace un llamamiento urgente a todos los Estados miembros para brindar el apoyo financiero y logístico necesario para que la misión multinacional tenga éxito en sus operaciones en Haití. Este ataque sin precedentes sigue a las sanciones impuestas por Estados Unidos y la ONU contra el líder de Grand Grif, Luckson Elan, y a pesar de la presencia de 400 efectivos kenianos en el país desde junio.
Según la Oficina Integrada de Naciones Unidas en Haití (BINUH), durante el segundo trimestre de 2024, al menos 1,379 personas fueron víctimas de la violencia de las bandas armadas en Haití. En el primer semestre del año, el número de víctimas asciende a casi 3,900. En 2023, la violencia en Haití causó 8,000 víctimas entre muertos y heridos, según datos de la ONU. La situación en el país ha sido preocupante en términos de seguridad y estabilidad, y se necesita una respuesta urgente y efectiva para abordar la violencia y proteger a la población civil.
La comunidad internacional ha expresado su consternación por la escalada de violencia en Haití y ha instado a tomar medidas urgentes para abordar la situación de inseguridad. Las autoridades haitianas han solicitado apoyo adicional a la comunidad internacional para hacer frente a las bandas armadas y restablecer la paz y la seguridad en el país. La grave situación en Haití requiere la solidaridad y la colaboración de todos los actores internacionales para encontrar soluciones sostenibles y duraderas que protejan a la población y promuevan la paz en la región.
Es crucial que se tomen medidas concretas y coordinadas para abordar la violencia y la inestabilidad en Haití, y garantizar que la población civil esté protegida de los ataques de las bandas armadas. La situación actual en el país es alarmante y requiere una respuesta urgente y efectiva de la comunidad internacional. Es fundamental que se fortalezcan los esfuerzos para restaurar la seguridad y la estabilidad en Haití y para que la población pueda vivir en un entorno seguro y pacífico. La ONU y otros actores internacionales deben seguir colaborando estrechamente con las autoridades haitianas para lograr estos objetivos.