En lo que va del 2024, al menos 291 migrantes han desaparecido o muerto en las peligrosas rutas marítimas del Caribe, según el Programa de Migrantes Desaparecidos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Esta cifra representa un aumento del 18% en comparación con el año anterior, donde se registraron 247 casos. Las rutas más mortales incluyen aquellas que van desde Cuba a Estados Unidos, República Dominicana a Puerto Rico, las Islas Canarias y Haití a República Dominicana.
El monitor regional para las Américas del Proyecto Migrantes Desaparecidos, Edwin Viales, señaló que las condiciones peligrosas tanto naturales como provocadas por traficantes hacen que las embarcaciones desaparezcan sin dejar rastro en el Caribe. Viales destacó la necesidad de esfuerzos internacionales coordinados en la región para salvar vidas. Además, mencionó que estas rutas no solo son utilizadas por migrantes de Latinoamérica y el Caribe en su camino hacia Estados Unidos, sino también por personas africanas.
En un caso reciente, se encontraron los restos de 14 personas de Senegal y Mauritania en una embarcación artesanal en las costas de República Dominicana el pasado 6 de agosto. Este tipo de naufragios transcontinentales está en aumento, con casos similares detectados en Brasil y otras regiones. También se han reportado casos de desaparición forzada y naufragios en otras zonas del Caribe, con un total de 70 fallecidos entre el 2021 y el 2022 en Trinidad y Tobago, Turcos y Caicos, y Granada.
En la sesión de trabajo del viernes, la OIM presentó tres iniciativas sobre migración en el Caribe. Estas incluyen un proyecto del periódico cubano El Toque, que recopila información sobre muertos y desaparecidos, la Ruta de la Vida en República Dominicana para concientizar sobre los riesgos de las rutas irregulares, y un proyecto de la organización HIAS para brindar apoyo a los países caribeños. La colaboración internacional es crucial para abordar la crisis humanitaria en las rutas marítimas del Caribe y proteger la vida de los migrantes que se arriesgan en ellas.
La situación en el Caribe evidencia la necesidad de medidas urgentes para proteger a los migrantes que intentan cruzar estas peligrosas rutas marítimas. Con un aumento en el número de desapariciones y muertes, es imperativo que se refuercen las acciones internacionales de protección. Los naufragios y desapariciones no solo afectan a los migrantes de Latinoamérica y el Caribe, sino también a aquellos provenientes de África, ampliando así la magnitud de la crisis humanitaria en la región.
La falta de infraestructura y recursos adecuados para garantizar la seguridad de los migrantes en el mar plantea un desafío adicional. Es fundamental que las organizaciones internacionales y los gobiernos locales trabajen en conjunto para implementar medidas que minimicen los riesgos y protejan la vida de los migrantes. Solo a través de la cooperación y la solidaridad se podrá abordar de manera efectiva esta crisis humanitaria en el Caribe y prevenir más tragedias en las peligrosas rutas marítimas.