El año pasado, las regiones tropicales perdieron 3,7 millones de hectáreas de bosques primarios, lo que representa una disminución del 9% en comparación con el año anterior, según datos del World Resources Institute y la Universidad de Maryland. A pesar de esta disminución, las pérdidas siguen siendo altas y equivalen al envío de 2.400 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera. El informe se centra en los bosques tropicales, que son los más propensos a la deforestación deliberada y son fundamentales en términos de biodiversidad y capacidad para absorber carbono. Además, Canadá también sufrió pérdidas récord debido a incendios forestales devastadores.
En cuanto a buenas noticias, Brasil y Colombia lograron reducir la deforestación el año pasado. En Brasil, la reducción de la selva primaria cayó un 36%, alcanzando su nivel más bajo desde 2015, gracias a medidas de protección implementadas por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Sin embargo, esta mejora se vio contrarrestada por la degradación en el Cerrado, epicentro de la agricultura brasileña. En Colombia, la reducción de la superficie forestal cayó un 49%, una tendencia que comenzó tras la elección de Gustavo Petro como presidente. Estas mejoras destacan la importancia del liderazgo y los cambios políticos en la protección de los bosques.
Por otro lado, Bolivia, Laos y Nicaragua experimentaron una clara degradación en sus bosques. En Bolivia, la destrucción de los bosques aumentó un 27%, impulsada por incendios y la explotación agrícola, especialmente de la soja destinada al consumo animal. La agricultura también desempeñó un papel importante en Laos y Nicaragua, donde la demanda e inversiones procedentes de China, así como la minería, afectaron negativamente a los bosques. A nivel global, a pesar de avances en algunos países, el mundo no está en la trayectoria adecuada para cumplir con los compromisos asumidos en la COP26 de Glasgow en 2021.
A pesar de los progresos en algunos países, el total de la deforestación en 2023 estuvo casi 2 millones de hectáreas por encima del nivel necesario para lograr la meta de deforestación cero para 2030, como se acordó en la COP26. Rod Taylor, del WRI, señaló que el mundo dio dos pasos adelante y dos pasos atrás el año pasado en términos de la conservación de los bosques. En general, se destaca la importancia del liderazgo político y los cambios en las políticas para proteger los bosques y combatir el cambio climático. En resumen, el informe refleja la necesidad de mayor acción y cooperación global para detener la deforestación y proteger los bosques tropicales, vitales para la biodiversidad y la absorción de carbono en todo el mundo.