La temporada de huracanes de 2024 en el Atlántico se pronostica como una de las más activas e intensas en décadas, con la formación de hasta 13 huracanes y la preocupación de que el número de ciclones que toquen tierra pueda ser el doble de lo habitual. La NOAA advirtió que hay un 85% de probabilidades de que la temporada ciclónica supere lo normal, con entre 17 y 25 tormentas con nombre y de 8 a 13 huracanes, de ellos entre 4 y 7 de categoría mayor. Esto se debe a las temperaturas cálidas del océano y al regreso de 'La Niña', que reduce los vientos de cizalladura en el Atlántico, favoreciendo el desarrollo de tormentas.
Los expertos meteorólogos y científicos están preocupados por la conjunción de 'La Niña' y las sobrecalentadas aguas del Atlántico, ya que esto puede resultar catastrófico para la población expuesta en países del Caribe, Centroamérica y Norteamérica. Se teme que 2024 sea una temporada de huracanes particularmente destructiva, con uno o dos aterrizajes de fenómenos dañinos en la costa estadounidense y un coste en daños materiales significativo. La NOAA advierte también sobre el impacto del cambio climático, que está calentando los océanos a nivel mundial y aumentando el nivel del mar, lo que podría aumentar el riesgo de marejadas ciclónicas.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, ha firmado recientemente una nueva ley que elimina la mayoría de las referencias a la crisis climática de la legislación estatal, en respuesta a lo que él llama la "agenda de los fanáticos verdes radicales". Esto contrasta con las advertencias de los expertos sobre la influencia del cambio climático en la intensidad de los huracanes. The Weather Company ha señalado que las cinco temporadas de huracanes más similares a lo que se espera en 2024 produjeron un promedio de 16 tormentas con nombre, casi 10 huracanes y 4 de ellos de categoría mayor.
En cuanto a las zonas del Atlántico estadounidense más expuestas este año, se destaca todo el Golfo de México, desde Florida a Texas, como regiones particularmente vulnerables a la actividad ciclónica. Desde 2003, se han experimentado daños significativos en el país, con una tendencia al aumento en la intensidad y frecuencia de los huracanes. Los científicos y expertos piden que la población esté preparada y tenga un plan para hacer frente a una temporada de huracanes potencialmente peligrosa y destructiva. A pesar de la incertidumbre, se espera que la suerte juegue un papel importante en la evitación de desastres.