La Comisión Europea anunció que destinará casi 130 millones de euros de fondos de la UE en 2024 para abordar las necesidades de las personas más vulnerables en América Latina y el Caribe afectadas por emergencias climáticas y conflictos. Parte de esta ayuda se destinará a reforzar la preparación de los países de la región ante desastres naturales, debido al aumento de peligros causados por el cambio climático. El comisario europeo de Gestión de Crisis, Janez Lenarcic, firmará un memorando de entendimiento para aumentar la cooperación en la gestión del riesgo de catástrofes entre la UE y América Latina y el Caribe.
En cuanto a la distribución de los fondos, Venezuela recibirá la mayor asignación con casi 50 millones de euros para abordar la crisis humanitaria que afecta al país. También se destinarán 5 millones específicamente para la preparación contra catástrofes naturales. Colombia recibirá 11 millones en ayuda humanitaria para mitigar el impacto de los conflictos armados y 5 millones para la preparación contra desastres naturales. Para el resto de Sudamérica se destinarán 22 millones, incluyendo 14 millones para responder a necesidades humanitarias como el desplazamiento forzado de población.
En Centroamérica, se designarán 17 millones de euros para responder a crisis humanitarias derivadas de la violencia y el alto número de personas desplazadas, además de un millón adicional destinado a la preparación ante desastres naturales. En el Caribe se destinarán más de un millón de euros para enfrentar los flujos migratorios, especialmente de Venezuela, Cuba y Haití, y otro millón para la preparación ante catástrofes. También se anunció una cantidad adicional de 1,5 millones de euros para responder al brote de dengue en América Central y del Sur.
La UE busca reforzar su cooperación con América Latina y el Caribe en la gestión del riesgo de catástrofes y la preparación ante desastres naturales, con el objetivo de apoyar a las poblaciones más vulnerables de la región. Estos fondos se suman a los ya liberados en marzo para ayudar a países como Haití, Ecuador, Brasil y otros, afectados por crisis humanitarias y desastres naturales. Se espera que esta ayuda contribuya a mitigar el impacto de las emergencias climáticas y conflictos en la región, y fortalezca la capacidad de respuesta de los países frente a estos desafíos.