Unas 3.000 personas han tenido que huir de sus hogares en Puerto Príncipe debido a la violencia y se han refugiado en un campamento cerca de la embajada de Estados Unidos. A pesar de sentirse más seguras en el campamento, anhelan poder regresar a sus barrios. En este campamento improvisado, las familias han construido viviendas temporales con lonas, telas y maderas para intentar llevar una vida lo más normal posible.
El presidente del campamento, Lucien Doinet, explica que fueron expulsados de sus barrios por bandas armadas como Vitel’Homme, que suelen quemar las casas y matar a quienes intentan huir para robar sus pertenencias. Algunas personas han sido asesinadas al intentar volver a sus hogares para recuperar algunas cosas. Doinet menciona las dificultades para alimentar a tantas personas, aunque cuentan con la ayuda de organismos internacionales y de alcaldías cercanas.
A pesar de las dificultades, en el campamento intentan mantener cierta normalidad en el día a día. Los niños juegan entre los pupitres de la escuela convertida en refugio, mientras las mujeres realizan labores domésticas como lavar la ropa en pequeños cubos de plástico. Doinet espera que la misión multinacional de seguridad disminuya la violencia en Haití, ansiosamente esperando su despliegue para evitar más muertes inocentes.
La llegada de la misión multinacional liderada por Kenia, con la aprobación de la ONU, se espera que mejore la seguridad en Haití. Doinet cree que esta fuerza será beneficiosa y permitirá que el país avance en materia de seguridad. Aunque inicialmente se había anunciado que la misión comenzaría el 26 de mayo, ahora se estima que su despliegue se llevará a cabo dentro de tres semanas, mientras continúan los preparativos para recibir a las fuerzas que ayudarán a la Policía Nacional a combatir la violencia de las bandas armadas.