Una investigación realizada por la Universidad Estatal de Arizona y la Universidad Estatal de Texas sugiere que las personas más atractivas tienden a vivir más años. Se analizaron datos de mortalidad de adolescentes de la década de 1950 y se encontró un vínculo entre la percepción de la belleza y la longevidad, así como con el sistema inmunológico.
Se conformó un jurado para calificar el atractivo de 8,386 estudiantes a partir de fotografías de la década de 1950. Aquellos considerados menos atractivos tenían un 17% más de probabilidades de morir, mientras que la diferencia en la tasa de mortalidad entre los atractivos y los de aspecto promedio no fue significativa. Esto sugiere que el atractivo facial puede influir en la esperanza de vida.
Factores como la educación, los ingresos y la salud son importantes en el atractivo físico. Las personas con problemas de salud pueden parecer menos atractivas, pero la asociación entre la salud y el atractivo aún no está clara. Los investigadores señalan que sería necesario ampliar la investigación geográficamente y explorar cómo el atractivo puede influir en otros procesos relacionados con la salud y la longevidad.
Los hallazgos de esta investigación son relevantes para la salud pública y el estudio de cómo la enfermedad puede reflejarse en la apariencia de las personas y su longevidad. Aunque los datos no son suficientes para probar una relación directa de causa y efecto, se sugiere que el atractivo puede estar relacionado con la salud y la longevidad de manera más profunda.
En resumen, la investigación muestra que las personas consideradas menos atractivas tienden a vivir menos años, posiblemente debido a factores como la salud y la apariencia física. Existen posibles vínculos entre el atractivo facial y la esperanza de vida que pueden influir en la forma en que las personas son percibidas y en su longevidad.