En las primeras siete competencias de los Juegos Olímpicos de París, Liu Huanhua de China ganó la medalla de oro en la categoría de 102 kilogramos masculinos en halterofilia. Venció al campeón de Tokio, Akbar Djuraev de Uzbekistán, en una división reclasificada, ya que la halterofilia se redujo de 14 a 10 eventos. Djuraev había tenido que perder peso para participar en esta categoría, pasando de 240 a 224 libras, lo que atribuyó a su medalla de plata en esta competencia.
En los Juegos Olímpicos anteriores, China había ganado siete medallas de oro en halterofilia, pero nunca en una categoría superior a los 100 kilogramos. Por lo tanto, la victoria de Liu representó un gran avance para el equipo chino de halterofilia, según sus propias palabras. Liu, debutante en los Juegos Olímpicos a los 22 años, expresó que esta medalla de oro brindaría más confianza a los levantadores de pesas chinos para alcanzar grandes resultados a nivel mundial en el futuro.
Liu logró obtener la medalla de oro con una puntuación de 406, mientras que Djuraev se quedó con la plata con 404 puntos y el bielorruso Yauheni Tsikhantsou, compitiendo como atleta neutral, ganó el bronce con 402 puntos. Por otro lado, Ramiro Mora, un cubano que reside en Gran Bretaña y representa al Equipo de Refugiados, ocupó el séptimo lugar en la competencia de halterofilia de 102 kilogramos masculinos.
En una entrevista, Djuraev comentó sobre las dificultades que enfrentó al perder peso para entrar en la nueva categoría de 102 kilogramos, lo que afectó su rendimiento en la competencia. Sin embargo, expresó su deseo de poder tener un mejor resultado en los próximos Juegos Olímpicos si se produjeran cambios en las categorías de peso. A pesar de la dificultad que enfrentó, Djuraev demostró su talento y habilidad al obtener la medalla de plata en una competencia reñida en la que compitieron algunos de los mejores levantadores de pesas del mundo.
La competitividad y el nivel de los levantadores de pesas en la categoría de 102 kilogramos masculinos en los Juegos Olímpicos de París fue evidente en la batalla por las medallas entre Liu Huanhua, Akbar Djuraev y Yauheni Tsikhantsou. La diversidad de los participantes, representantes de distintos países y realidades, mostró la universalidad y la pasión de este deporte que despierta emociones y desafíos en cada competidor. La halterofilia sigue siendo un deporte emocionante y desafiante, capaz de inspirar a las personas con sus logros y victorias en los eventos olímpicos.