Un director local de un grupo misionero en Haití y una pareja de misioneros estadounidenses fueron asesinados a tiros por pandilleros después de salir de una actividad de un grupo juvenil en una iglesia en Lizon, al norte de Puerto Príncipe. Estos asesinatos ocurrieron en un momento en que la capital se encuentra bajo el control de bandas violentas que controlan el 80% de la ciudad. Las autoridades están esperando la llegada de una fuerza policial de Kenia respaldada por la ONU para tratar de sofocar la violencia de pandillas en el país.
La organización misionera Missions in Haiti se enfoca en ayudar a los niños en Haití, especialmente a través de la Casa de la Misericordia y la Casa de Niños Buena Esperanza. Davy Lloyd, de 23 años, y su esposa Natalie, de 21, eran misioneros de Estados Unidos que formaban parte de esta organización. Davy creció en Haití y regresó después de casarse con Natalie en 2022 para continuar con su trabajo humanitario. El director local, Jude Montis, trabajaba en Missions in Haiti desde hace 20 años.
El ataque ocurrió cuando la pareja y algunos niños salían de una iglesia y fueron emboscados por pandilleros en tres camionetas. Davy llamó a su familia después de ser golpeado en la cabeza y robado, mientras que Montis también intentó huir a una vivienda vinculada a la misión. Las pandillas finalmente atacaron la casa donde se refugiaban, causando la muerte de los tres misioneros. Los cuerpos de Davy y Natalie fueron transportados a la embajada estadounidense sin incidentes.
La familia de Davy Lloyd está devastada por la trágica pérdida, especialmente porque Davy y Natalie fueron asesinados mientras realizaban su labor humanitaria en Haití. El padre de Natalie, Ben Baker, expresó en redes sociales que su corazón estaba destrozado por la pérdida de su hija y su yerno. La familia Lloyd dejó un legado de amor y entrega en su trabajo misionero en Haití. El director Montis también dejó dos hijos pequeños, y su familia está en duelo por su repentina pérdida.
La situación en Haití sigue siendo peligrosa para los misioneros y la población local debido al control de las pandillas sobre la capital y la violencia que esto conlleva. La comunidad internacional está atenta a la situación en el país caribeño y se espera que las autoridades tomen medidas para mantener la seguridad y la paz en Haití. La tragedia de los misioneros asesinados es un recordatorio de los riesgos y desafíos que enfrentan aquellos que dedican sus vidas a ayudar a los demás en entornos peligrosos.