El Programa de Gestión Costera Sostenible (Playas) y el programa “República Dominicana 30×30” representan un cambio fundamental en la forma en que se gestiona la zona costera del país. El Gobierno dominicano ha anunciado la ejecución de estos programas con el objetivo de proteger el 30% de sus océanos, tierras y ecosistemas, garantizando así la biodiversidad, preservando los recursos naturales y mitigando los impactos del cambio climático. Estas iniciativas son complementarias y se espera que conduzcan a un cambio trascendente en la gestión de los recursos naturales de la República Dominicana.
Según información proporcionada por la representación local del BID, más del 70% de las más de 200 playas de la República Dominicana, que están distribuidas en 1,600 kilómetros de costa arenosa, sufren de erosión. Esta situación es preocupante y requiere ser revertida con la implementación de los programas mencionados, así como con futuras iniciativas que promuevan la sostenibilidad del desarrollo del país. La estabilidad de las playas se ve afectada por la erosión, lo cual aumenta su vulnerabilidad ante fenómenos extremos como las marejadas ciclónicas e invernales.
La República Dominicana se encuentra en una posición única que requiere abordar esta tarea con urgencia, ya que se proyecta que en pocos años los turistas extranjeros superarán en número a la población local. Esto generará una fuerte presión sobre los recursos naturales del país, lo que podría comprometer su sostenibilidad a largo plazo. La conservación de los recursos naturales es crucial para el desarrollo económico de la República Dominicana, como afirmó el presidente Luis Abinader durante el lanzamiento de la iniciativa “República Dominicana 30×30”.
La pérdida de ecosistemas como los corales y los manglares, los cuales son fundamentales para la estabilidad de las playas, debe ser revertida. Estos ecosistemas contienen la fuerza de las olas y el viento, garantizando la vida marina y la reposición de la arena en las playas. La erosión de las playas aumenta la vulnerabilidad de estas zonas ante fenómenos extremos, lo que puede afectar la infraestructura turística del país y el nivel de vida de las comunidades costeras. Es necesario tomar medidas preventivas para garantizar la estabilidad de los ecosistemas costeros y proteger la riqueza natural de la República Dominicana.
El costo beneficio de la acción preventiva en la gestión de la zona costera es fundamental. En un caso de intervención para corregir la erosión de una playa, por cada dólar invertido en la recuperación se obtuvo un beneficio de siete dólares, solo considerando el valor de las propiedades costeras. Este ejemplo demuestra que la inversión en la protección de las playas y los ecosistemas costeros tiene beneficios económicos significativos, además de contribuir al bienestar de las comunidades locales y al atractivo turístico del país.
En conclusión, la ejecución del Programa de Gestión Costera Sostenible (Playas) y el programa “República Dominicana 30×30” marcará un cambio significativo en la forma en que se gestionan los recursos naturales y la zona costera del país. Estas iniciativas son fundamentales para garantizar la sostenibilidad del desarrollo de la República Dominicana, protegiendo la biodiversidad, los recursos naturales y mitigando los impactos del cambio climático. Es imprescindible tomar medidas preventivas para revertir la erosión de las playas y proteger los ecosistemas costeros, asegurando así un futuro sostenible para las generaciones venideras.