El Gobierno de facto de Afganistán ratificó una ley para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio que obliga al uso del velo para cubrir el rostro de mujeres, y condena el sonido en público de la voz de mujer como una falta contra la modestia, implementando la interpretación más rigurosa de la ley islámica. La ley fue ratificada por el Emirato Islámico de Afganistán, el régimen de facto de los talibanes, y contiene cuatro capítulos que abordan cuestiones como el velo integral para mujeres, la vestimenta de los hombres, y regulaciones de los medios de comunicación.
Según la ley, el Ministerio de la Virtud y el Vicio está obligado a ordenar el bien y prohibir el mal, así como a promover la paz y la fraternidad entre la gente. Además, el Ministerio deberá impedir a la gente participar en prejuicios étnicos, lingüísticos y regionales. En cuanto al artículo que se refiere al hiyab, la norma establece como necesario que las mujeres se cubran el rostro y el cuerpo para evitar "causar tentación", y prohíbe el sonido en público o de la voz en alto de mujeres, incluyendo cantar, recitar, o hablar frente a micrófonos.
La ley también prohíbe a los conductores transportar mujeres adultas sin un tutor masculino legal, y para los hombres prohíbe el uso de corbata, afeitarse o recortar la barba por debajo de la longitud de un puño, o peinarse, como violaciones de la ley islámica. Asimismo, la norma tiene provisiones sobre los medios de comunicación y su obligación de adaptarse a la sharia, y prohíbe "humillar o insultar a los musulmanes", así como incluir imágenes de seres vivos.
Los talibanes aseguran que la norma está en concordancia con la sharia islámica y Hanafi, una de las cuatro principales escuelas de jurisprudencia islámica sunita. Aunque para algunos analistas, los talibanes no siguen una escuela jurídica específica, sus interpretaciones y aplicación de la ley islámica se basan en gran medida en el Hanafi, lo cual resulta en un enfoque más estricto y fundamentalista. Aunque gran parte de las prohibiciones relacionadas con las mujeres o la vestimenta se han implementado en el país desde que los talibanes volvieron al poder hace tres años, esta ley supone la uniformidad y el rigor del castigo para imponer su cumplimiento.
Esta decisión ha generado controversia y preocupación tanto a nivel nacional como internacional, especialmente en relación con los derechos de las mujeres y las libertades individuales. Se teme que estas restricciones y la interpretación estricta de la ley islámica puedan limitar la participación de las mujeres en la sociedad y restringir sus derechos. Además, se ha cuestionado la imposición de normas tan rígidas en un contexto en el que la comunidad internacional aboga por la promoción de los derechos humanos y la igualdad de género.
La implementación de la sharia y el hiyab es considerada por los talibanes como su "línea roja", y han dejado claro que no están dispuestos a negociar sobre estos asuntos. A pesar de las críticas y preocupaciones, el régimen de facto de los talibanes ha reafirmado su compromiso con la interpretación más rigurosa de la ley islámica y con la imposición de las normas establecidas en la ley de la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio.