En marzo de 2024, la Tierra estableció un nuevo récord mensual de calor por décimo mes consecutivo, con temperaturas del aire y los océanos alcanzando un máximo histórico para este mes. El promedio de temperatura fue de 14,14 grados Celsius, superando el récord previo de 2016 por una décima de grado y siendo 1,68 ºC más cálido que a fines del siglo XIX. Este aumento se debe en gran medida al cambio climático causado por las emisiones de dióxido de carbono y metano derivadas de la quema de combustibles fósiles.
Los científicos explican que el fuerte El Niño contribuyó al calor récord durante este tiempo, calentando el área central del océano Pacífico y cambiando los patrones climáticos globales. Sin embargo, la combinación con olas de calor marinas no naturales hizo que estos récords fueran aún más impresionantes. Ahora que El Niño está disminuyendo, se espera que los márgenes por los que las temperaturas globales promedio son superadas cada mes también disminuyan.
El Acuerdo de París de 2015 estableció como meta mantener el calentamiento por debajo de 1,5 ºC en comparación con la época preindustrial. Sin embargo, los datos mensuales de Copernicus muestran que el planeta ha experimentado 12 meses con temperaturas mensuales promedio 1,58 ºC por encima de este umbral. Los climatólogos advierten que la trayectoria no cambiará hasta que las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera dejen de aumentar.
La temperatura global de la superficie del mar en marzo promedió 21,07 ºC, el valor mensual más elevado registrado hasta la fecha. A pesar de que la temperatura de marzo que rompió récords no fue tan excepcional como en otros meses del año pasado, los expertos enfatizan la necesidad de una acción global más ambiciosa para lograr llegar al cero neto lo antes posible. En el futuro, se espera que se rompan más récords de calor a menos que se tomen medidas urgentes y significativas para frenar el cambio climático.