Diez monjas clarisas del norte de España han anunciado que abandonarán la Iglesia católica, luego de ponerse bajo la tutela de un falso obispo excomulgado. En un comunicado divulgado a través de las redes sociales, las religiosas comunicaron su decisión de forma unánime e irreversible, asegurando que cualquier sanción canónica, como la excomunión, será nula. Su determinación se basa en una reflexión madura, meditada y consciente. El Arzobispado de Burgos ha sido informado de esta decisión, ya que el arzobispo Mario Iceta ha sido nombrado comisario pontificio para tratar este asunto.
El pasado 13 de mayo, las monjas clarisas emitieron un manifiesto y una carta pública anunciando su salida de la Iglesia católica y su unión con la Pía Unión Sancti Pauli Apostoli, fundada por el falso obispo Pablo de Rojas. En el comunicado actual, las religiosas reafirman su decisión de separarse de lo que llaman la "iglesia conciliar" y afirman adscribirse a la "verdadera fe católica". A pesar de este anuncio, fuentes del Arzobispado de Burgos han declarado que cualquier movimiento por parte de las monjas antes de la medianoche será considerado. Posteriormente, se tomará una decisión conforme al Derecho Canónico, y en caso de no comparecer, se procederá con su excomunión.
Las clarisas han designado una comisión mediadora para negociar una solución pacífica y extrajudicial a este conflicto y se han puesto a disposición del Arzobispado para entablar una negociación. El origen de la disputa radica en la negativa de las autoridades eclesiásticas a permitir que las monjas vendan un convento de su propiedad, que se encuentra vacío, con el objetivo de reunir fondos para la adquisición de otro monasterio. La comisión mediadora busca resolver este impase de manera conciliatoria y evitar la intervención de instancias legales.
Este conflicto ha generado tensiones entre las monjas clarisas y el Arzobispado de Burgos, que se encuentra en una situación delicada debido a la posición de las religiosas. A pesar de las diferencias, ambas partes han manifestado su disposición a buscar una solución que respete las creencias y decisiones de las monjas, al mismo tiempo que se garantiza el cumplimiento de las normativas eclesiásticas. La comisión mediadora jugará un papel clave en la negociación entre las partes, con el objetivo de llegar a un acuerdo que ponga fin a esta situación conflictiva de manera consensuada y respetuosa.
La decisión de las diez monjas clarisas de abandonar la Iglesia católica ha generado polémica y ha llamado la atención de la opinión pública en España. La postura contundente de las religiosas, respaldada por su determinación de unirse a una organización dirigida por un falso obispo excomulgado, ha despertado debate sobre la autonomía de las comunidades religiosas y sus relaciones con las autoridades eclesiásticas. A medida que avance la negociación entre las partes involucradas, se espera que se alcance una solución que respete la voluntad de las monjas clarisas y, al mismo tiempo, preserve la autoridad y normativas de la Iglesia católica.