Natalia Vodianova, famosa supermodelo, compartió la historia de su infancia marcada por la pobreza y las responsabilidades en el hogar, especialmente el cuidado de su hermana Oksana, que nació con parálisis cerebral y autismo. A los 11 años, Natalia vendía manzanas en el mercado para ayudar a su madre, Larisa, quien sostenía a la familia con cuatro empleos.
A los 17 años, un cazatalentos la descubrió y la invitó a viajar a París para iniciar su carrera como supermodelo. De vender frutas en un mercado, Natalia pasó a desfilar en las pasarelas más importantes del mundo, siendo codiciada por marcas como Calvin Klein, Valentino y Karl Lagerfeld. Su vida dio un giro inesperado que la llevó a convertirse en una de las supermodelos más exitosas.
Mientras su carrera despegaba, Natalia se convirtió en madre a los 19 años de Lucas, su primer hijo fruto de su matrimonio con Justin Portman. Su embarazo no detuvo su carrera y seguía desfilando para marcas como Yves Saint Laurent. Tras su divorcio, conoció a Antoine Arnault, heredero del imperio de lujo LVMH, con quien se casó en 2020 y formó una familia numerosa en París.
En medio del éxito y la fama, Natalia fundó la Naked Heart Foundation, una organización que apoya a niños con discapacidades, inspirada por su hermana Oksana. Como embajadora de la ONU para la salud femenina, lucha contra el estigma en torno a la menstruación y aboga por la inclusión y el empoderamiento femenino. Su vida ejemplifica la superación de adversidades desde la infancia hasta la cima del mundo de la moda.
A pesar de tener una carrera legendaria y una familia unida, Natalia no se detiene y sigue trabajando por sus causas. Aprender a equilibrar la maternidad con su carrera no ha sido fácil, pero ha encontrado la manera de no sentirse culpable por sus decisiones. Con humor y realismo, Natalia comparte sus experiencias y reflexiona sobre la importancia de valorar lo que la vida le ha dado, incluso en tiempos difíciles.
La historia de Natalia Vodianova es un ejemplo de superación, sacrificio y éxito. Desde vender manzanas en un mercado hasta desfilar en las pasarelas más importantes del mundo, Natalia ha conquistado múltiples desafíos y ha encontrado la manera de equilibrar su carrera, su familia y sus causas sociales. Su vida es un testimonio de que, con determinación y perseverancia, se pueden alcanzar grandes logros y hacer una diferencia en la vida de los demás.