En la actual contienda electoral en Estados Unidos, Pensilvania se destaca por sus 19 votos electorales, lo que lo convierte en un estado crucial para determinar el resultado de las elecciones. Los demócratas han elegido la ciudad de Pittsburgh y a Barack Obama como sus principales activos para respaldar la candidatura de Kamala Harris. En este contexto, también buscan persuadir a los votantes para que no se dejen influenciar por el partido contrario.
Barack Obama ha criticado duramente a Donald Trump, acusándolo de pensar únicamente en su propio beneficio y de no preocuparse por el bienestar de los ciudadanos de Pensilvania. Según Obama, Trump solo busca el poder como un medio para alcanzar sus propios intereses y los de sus amigos ricos, proponiendo medidas que beneficiarían únicamente a la élite. En contraste, Obama resalta la visión y el plan concreto de Kamala Harris para el país.
Obama también cuestiona las políticas migratorias de Trump, señalando que durante su mandato el número de migrantes era similar al que tenía al asumir la presidencia. El expresidente demócrata enfatiza la importancia de las elecciones y reconoce que la competencia será reñida, ya que ambos candidatos buscan ganar votos en estados clave que no se inclinan claramente hacia un partido en particular, como es el caso de Pensilvania.
Durante un acto de campaña, Obama se burló de los tuits en mayúsculas de Trump y lo comparó con Fidel Castro por sus largos discursos y teorías conspirativas. También criticó la venta de Biblias con el nombre de Trump junto al de los apóstoles, calificando la situación como una locura. En un intento de movilizar a sus seguidores, Obama instó a la multitud a no abuchear a Trump, sino a votar en las elecciones.
Por su parte, Trump realizó un discurso en Michigan, resaltando su enfoque proteccionista en la industria automotriz y prometiendo imponer sus reglas a los fabricantes extranjeros. El presidente republicano utilizó un tono despectivo al referirse a Detroit como un ejemplo de lo que el país podría convertirse si Kamala Harris llegara a la presidencia. Mientras tanto, Harris continuó con su campaña en Nevada y Arizona, centrando sus esfuerzos en atraer a los votantes latinos.
En definitiva, la contienda electoral en Estados Unidos se intensifica en estados clave como Pensilvania, donde los candidatos buscan ganar apoyo y asegurar el voto de los ciudadanos. Tanto demócratas como republicanos están haciendo un esfuerzo considerable para influir en la decisión de los votantes y asegurar la victoria en las elecciones presidenciales. El rol de figuras políticas destacadas como Barack Obama y Kamala Harris se vuelve fundamental en este proceso electoral tan reñido.