En una calle tranquila del condado de Bexar, Texas, una "revisión de bienestar" llevó a un descubrimiento oscuro y perturbador el 8 de agosto pasado. La familia de un hombre de 76 años, preocupada por su silencio durante varios meses, solicitó la intervención policial, y al llegar al domicilio, descubrieron un misterio desgarrador. El hijo de 48 años, David Michael Gibson, había ocultado un secreto aterrador con gran cuidado.
Cuando los oficiales llegaron a la casa, Gibson no abrió la puerta y respondió a través de una cámara de seguridad instalada en la entrada. La voz afirmaba ser la del anciano, pero la familia confirmó que era falsa. Dentro de la casa, encontraron un refrigerador cerrado con cadenas en el garaje. Al abrirlo, se encontraron con el cuerpo descompuesto de su padre, irreconocible y en avanzado estado de descomposición.
El cuerpo de 76 años yacía en el refrigerador, mezclado con la ropa que llevaba en sus últimos momentos. La escena era desoladora, con una cabeza en una posición inquietante al abrir la puerta. Gibson fue arrestado por esconder el cuerpo de su padre, y se enfrenta a cargos de manipulación de un cadáver. Su meticulosa preparación para ocultar el cuerpo sugiere una planificación cuidadosa con el fin de seguir cobrando los cheques del anciano.
Gibson permanece en la cárcel con una fianza de USD 250.000 y se esperan cargos adicionales dependiendo de los resultados de la autopsia. Si se determina que el anciano fue asesinado, podría enfrentar cargos más graves. La comunidad está conmocionada por la brutalidad de los hechos, ya que los vecinos nunca imaginaron que una tragedia tan macabra podría ocurrir tan cerca de sus hogares.
El estado de descomposición del cadáver indica que la muerte ocurrió meses antes, y el hecho de que el refrigerador estuviera cerrado con cadenas muestra la intención deliberada de Gibson de mantener el secreto. Cobrando los cheques del anciano, Gibson aseguraba su único sustento. La investigación continúa y se espera que se presenten cargos más graves si se determina que la muerte fue un asesinato.
La comunidad permanece conmocionada por la fría brutalidad de los hechos y por la aparente normalidad con la que Gibson continuó su vida mientras su padre permanecía oculto en el refrigerador. La tragedia de esta familia ha dejado a todos con un profundo sentimiento de horror y asombro ante la oscuridad de la mente humana. La justicia seguirá su curso a medida que se esclarezcan los hechos y se determinen las responsabilidades en este caso tan perturbador.