En Chile, en un lapso de 72 horas, al menos 16 personas fueron asesinadas en diferentes lugares de la capital y sus alrededores, en casos que se cree están relacionados con el crimen organizado que está ganando terreno en el país. Ante esta situación, el presidente Gabriel Boric decidió suspender su participación en la inauguración de los Juegos Olímpicos de París para supervisar la creación de una unidad policial y de seguridad en respuesta a la alta criminalidad.
Boric explicó que había presenciado un recrudecimiento del crimen organizado en los últimos días, con venganzas y atentados, lo cual considera gravísimo y profundamente preocupante. Desde el Estado de Chile, se está decidido a no permitir que el crimen organizado gane la batalla, por lo que se trabaja en la creación de nuevas medidas y proyectos de ley para combatir esta problemática. El presidente ha decidido priorizar la seguridad y luchar contra la delincuencia que se ha fortalecido en el país.
La investigadora Pía Greene de la Universidad de San Sebastián señala que los asesinatos que se han visto recientemente tienen un modus operandi similar al de las bandas del crimen organizado, con pistoleros que se desplazan en vehículos y disparan contra sus objetivos, mostrando signos de ajuste de cuentas. Esta delincuencia organizada, con sicarios y situaciones de violencia, tiene sus raíces en el narcotráfico, ya que Chile se ha convertido no solo en consumidor, sino también en productor de drogas, al estar geográficamente cerca de los mayores países productores del mundo.
Ante los recientes asesinatos, el gobierno chileno ha anunciado medidas como aumentar las patrullas policiales en la capital, así como controles más estrictos a los extranjeros, ya que se sospecha que la violencia puede estar relacionada con bandas criminales de países vecinos que han cruzado ilegalmente la frontera. Bandas como el Tren de Aragua, originarias de Venezuela, han ganado protagonismo en la región, llevando a cabo crímenes y extorsiones. También se anuncia la construcción de una segunda prisión de alta seguridad para enfrentar a la delincuencia organizada.
Entre 2014 y 2023, Chile ha experimentado un incremento del 60% en los homicidios, un 46% en las agresiones sexuales y un 11% en los robos con violencia, según datos de la Subsecretaría de Prevención del Delito. A pesar de estos números alarmantes, Chile aún mantiene una de las tasas de homicidios más bajas de América Latina. La situación actual ha llevado al gobierno a tomar medidas urgentes para combatir la creciente delincuencia y proteger a la población de la violencia que ha ido en aumento en el país.