El papa Francisco defendió en el Vaticano el matrimonio cristiano, enfatizando la entrega mutua entre el hombre y la mujer, basada en el sacramento. En su audiencia semanal, destacó la importancia de la unidad en el matrimonio, reconociendo que en la sociedad actual no es un objetivo fácil de alcanzar, pero subrayando que es la verdad tal como fue concebida por el Creador. Se refirió también a las consecuencias negativas de los matrimonios frágiles, destacando que son los hijos los que sufren las mayores consecuencias.
El pontífice lamentó el sufrimiento de los hijos cuando los padres se separan, así como la falta de amor de los padres, señalando que son ellos quienes pagan el precio de esta situación. En este sentido, hizo un llamado a profundizar en la preparación espiritual de los novios, además de la información jurídica, psicológica y moral, con el fin de fortalecer los fundamentos del matrimonio y evitar situaciones dolorosas para los hijos.
El papa Francisco destacó la importancia de construir el matrimonio sobre roca, es decir, sobre bases sólidas y duraderas, en lugar de sobre arena, que representa la fragilidad y la inestabilidad. En este sentido, resaltó que el sufrimiento de los hijos es una de las consecuencias más dolorosas de los matrimonios mal constituidos, enfatizando la responsabilidad de los padres en proteger y cuidar a sus hijos en todo momento.
En su intervención, el pontífice instó a reflexionar sobre la protección de los hijos en el contexto de las separaciones y la falta de amor en las familias, resaltando la importancia de fortalecer la unión familiar y promover relaciones basadas en el amor y el respeto mutuo. Asimismo, hizo hincapié en el papel de la preparación espiritual de los novios como un elemento fundamental para construir un matrimonio sólido y duradero en el tiempo.
En este sentido, el papa Francisco enfatizó que el matrimonio cristiano implica una entrega mutua entre el hombre y la mujer, basada en el sacramento y en la voluntad de Dios. Subrayó la importancia de vivir el matrimonio desde la perspectiva de la fe y la espiritualidad, como una forma de fortalecer los lazos familiares y proteger a los hijos de posibles situaciones dolorosas derivadas de la falta de amor y unidad en el seno familiar.
En conclusión, el papa Francisco abogó por la protección y el cuidado de los hijos, especialmente en situaciones como separaciones o matrimonios frágiles, resaltando la importancia de fortalecer la unidad familiar y cultivar relaciones basadas en el amor, el respeto y la entrega mutua. Hizo un llamado a profundizar en la preparación espiritual de los novios como parte fundamental de la construcción de un matrimonio sólido y duradero, en sintonía con los valores cristianos de unidad y solidaridad.