En América Latina, durante los últimos 70 años, varios gobiernos han sido derrocados por golpes de Estado que instauraron regímenes dictatoriales. Un ejemplo reciente de esto ocurrió el pasado 26 de junio en Bolivia, cuando militares liderados por el comandante general del Ejército intentaron realizar un golpe de Estado. Sin embargo, tras cambios de mandos realizados por el presidente Arce y un breve enfrentamiento, el golpe fue evitado y el comandante detenido. Otro caso fue el golpe de Estado en República Dominicana en 1963, cuando el presidente Juan Bosch fue derrocado luego de tomar medidas impopulares para sectores de poder.
En Paraguay, en 1954, el presidente Federico Chávez fue derrocado por un grupo de militares liderados por Alfredo Stroessner, quien luego se convirtió en dictador y se mantuvo en el poder durante 35 años. En 1989, Stroessner fue finalmente derrocado en un golpe de Estado liderado por el general Andrés Rodríguez Pedotti. En Ecuador, el presidente José María Velasco Ibarra fue derrocado en 1972 por un golpe militar conocido como "El Carnavalazo", liderado por Guillermo Rodríguez Lara. Lara asumió el poder de manera dictatorial hasta 1976, cuando la cúpula militar le pidió la renuncia.
En Venezuela, el 4 de febrero de 1992, Hugo Chávez lideró un intento de golpe de Estado contra el presidente Carlos Andrés Pérez, que fracasó. A pesar de ser encarcelado, este intento le dio notoriedad a Chávez, quien luego se convirtió en presidente de Venezuela. En Chile, en 1973, Augusto Pinochet propició un golpe de Estado contra Salvador Allende, instaurando una dictadura que duró hasta 1990 y que se caracterizó por violaciones a los derechos humanos y represión. En Brasil, se produjo un golpe de Estado en 1964 que derrocó al gobierno democrático de Joao Goulart, instaurando una dictadura militar que duró hasta 1985.
Argentina también vivió un periodo oscuro con el derrocamiento del gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón en 1976, liderado por Jorge Rafael Videla, que resultó en más de 30,000 desapariciones forzadas y muertes. Esta dictadura finalizó en 1981. Estos golpes de Estado y dictaduras han marcado la historia de América Latina, mostrando la fragilidad de la democracia en la región y la importancia de luchar contra estas formas de gobierno autoritarias y violatorias de los derechos humanos. Es fundamental recordar estos eventos para no repetir los errores del pasado y seguir trabajando por una región democrática y libre.