Este mes de octubre se cumplieron cinco años desde que el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) celebró las primarias abiertas del 2019, las cuales dieron paso a la mayor división de su historia partidaria. Leonel Fernández, presidente en funciones de esa organización política, decidió marcharse del PLD alegando un fraude en su contra durante las primarias, las cuales dieron como ganador a Gonzalo Castillo. Junto con Fernández, varios altos dirigentes también abandonaron el partido, marchándose hacia la Fuerza del Pueblo. Las deserciones continuaron después de las elecciones del 2020, con varios miembros pasando a las filas lideradas por Fernández.
En 2021, algunas deserciones no fueron hacia la Fuerza del Pueblo, sino que algunos dirigentes comenzaron a unirse al Partido Revolucionario Moderno (PRM) y al oficialismo. Esto fue evidenciado con la salida de María E. Suárez Alcalá, quien dejó al PLD argumentando que el nuevo Gobierno traería un cambio positivo para el país. A pesar de que la fuga de dirigentes se detuvo en 2022, el desfile continuó al año siguiente con la elección de Abel Martínez como candidato presidencial. Varios exlegisladores presentaron diferentes razones para salir del PLD, marcando una pérdida significativa de miembros para el partido.
En septiembre de 2022, el PLD expulsó al exfuncionario y miembro de su comité político, Carlos Amarante Baret, por atentar contra la unidad del partido. Varios miembros han renunciado después de la expulsión de Amarante, incluyendo a Domingo Contreras, quien citó el debilitamiento del partido en los últimos años como razón para su salida. Otros miembros del comité central, como Claudia Rita Abreu Herrera, también presentaron su renuncia al partido, mencionando su acercamiento al gobierno y las situaciones internas que han afectado al PLD desde el 2019.
La salida de dirigentes del PLD ha sido un fenómeno constante en los últimos años, con numerosos miembros importantes abandonando el partido en busca de nuevas oportunidades políticas. Desde la división causada por las primarias abiertas del 2019, el PLD ha experimentado una significativa pérdida de apoyo y presencia en el escenario político dominicano. La expulsión de miembros como Carlos Amarante Baret y las renuncias de otros líderes destacados han marcado un punto crítico en la historia reciente del partido, desafiando su unidad y estabilidad. A medida que nuevos cambios políticos y alianzas se forman en la República Dominicana, el futuro del PLD sigue siendo incierto, con un período de transformación y reorganización en el horizonte.