Eduardo Antonio Guerra García, de 41 años, está siendo acusado de intento de homicidio contra Ana Karina Ramos Corniel, de 27 años, en un incidente ocurrido el pasado 10 de junio en la Autopista Duarte, en Santo Domingo. Según los fiscales, Guerra García le preguntó a la joven por servicios sexuales mientras realizaba labores de vigilancia, y luego de concretar el acto, le exigió RD$20,000 que tenía guardado. Ante la falta de respuesta, le disparó en el costado izquierdo y le infligió múltiples heridas con un arma blanca en todo el cuerpo. Posteriormente, pensando que la víctima estaba muerta, la arrojó por un barranco y se dio a la fuga.
La joven fue encontrada en estado crítico por trabajadores, quienes alertaron a las autoridades policiales. La doctora Marlene Ovalle evaluó a Ana Karina y determinó que presentaba varias heridas infectadas con larvas en diferentes partes del cuerpo. Los fiscales calificaron provisionalmente los hechos como tentativa de homicidio y actos de tortura y barbarie, de acuerdo al Código Penal Dominicano y la Ley 631-16. Ante la falta de garantías de que Guerra García se presentaría a los actos del procedimiento y se sometería a los mismos, el Ministerio Público solicitó la imposición de la medida de Prisión Preventiva.
El expediente señala que Guerra García es considerado un peligro de fuga debido a su falta de arraigo suficiente. Se detalla que el acusado es quien perpetró los actos de violencia contra Ana Karina Ramos Corniel, causándole graves lesiones que pusieron en peligro su vida. Además, se establece que Guerra García intentó ocultar pruebas del delito al esconder el arma utilizada y huir del lugar. La gravedad de los hechos y la violencia ejercida contra la víctima han generado conmoción en la sociedad dominicana y el Ministerio Público busca que se haga justicia en este caso de violencia de género.
La violencia de género es un problema grave en la sociedad dominicana y en muchos otros países, que afecta a mujeres de todas las edades y condiciones sociales. Este caso en particular ha despertado la indignación y la preocupación de la población, que exige que se aplique todo el peso de la ley contra el acusado. Se espera que el proceso legal contra Eduardo Antonio Guerra García siga su curso y se llegue a una sentencia justa que garantice la protección de la víctima y envíe un mensaje claro de rechazo a la violencia de género en la sociedad.
Es fundamental que se promueva la conciencia sobre la gravedad de la violencia de género y se tomen medidas para prevenir y combatir este tipo de actos. La educación en igualdad de género, la sensibilización de la sociedad y el fortalecimiento de las leyes y políticas de protección a las mujeres son esenciales para erradicar la violencia machista en todas sus formas. Los casos como el de Eduardo Antonio Guerra García y Ana Karina Ramos Corniel demuestran la urgencia de trabajar en la prevención y la erradicación de la violencia de género para construir una sociedad más justa e igualitaria para todas las personas.