Faustino Oro, conocido como "el pibe de oro" en el mundo del ajedrez, comenzó a jugar a los 6 años durante la pandemia. Sus padres, originarios de San Cristóbal, decidieron mudarse a Barcelona para que pudiera estudiar con los mejores maestros internacionales y participar en campeonatos más fácilmente. Faustino se convirtió en el maestro internacional más joven de la historia y ha logrado vencer al campeón del mundo, Magnus Carlsen.
El Día Mundial del Ajedrez se celebra el 20 de julio en conmemoración de la creación de la Federación Internacional de Ajedrez en 1924. Según especialistas, el ajedrez es un magnífico entrenamiento mental que potencia habilidades como las matemáticas, la lectura, la concentración y la creatividad. Jugar al ajedrez requiere una gran plasticidad de las funciones ejecutivas, velocidad psicomotora y toma efectiva de decisiones.
El ajedrez puede mejorar habilidades cognitivas relacionadas con la planificación y capacidad de decisión, así como favorecer la creatividad en comparación con los no jugadores. Durante el juego, se generan conexiones cerebrales más eficientes, lo que mejora la atención, concentración, planificación y memoria. Además, el ajedrez activa diversas áreas del cerebro como la corteza prefrontal, el hipocampo, el lóbulo parietal y la amígdala.
Jugar al ajedrez potencia habilidades cognitivas en los niños como la memoria, concentración, pensamiento crítico, resolución de problemas, planificación y previsión. Además, el juego contribuye al desarrollo de la agilidad mental, la creatividad, la flexibilidad cognitiva y el razonamiento lógico. En el ámbito emocional, enseña a manejar el estrés, la resiliencia, afrontar derrotas y aprender de los errores, lo que contribuye al desarrollo cognitivo y emocional.
Aprender a jugar ajedrez desde una edad temprana puede ser ventajoso debido a la plasticidad cerebral en los niños, que facilita la retención de nuevas habilidades. El ajedrez mejora la memoria visual y de trabajo, fomenta el pensamiento crítico, la creatividad, la concentración y la paciencia. Además, existen evidencias sobre el papel del ajedrez en el rendimiento académico en áreas como las matemáticas, lógica y lectura.
Para incentivar a los niños a jugar ajedrez, es importante mostrarlo como un juego divertido y emocionante, promover sesiones de juego familiares, organizar torneos amistosos y utilizar aplicaciones y plataformas en línea. Introducir programas de ajedrez en las escuelas también puede ser efectivo para fomentar la competencia saludable y mejorar habilidades cognitivas. El ajedrez es una herramienta integral para el desarrollo cognitivo y emocional de los niños.