El comportamiento de los perros, como el lamido, es parte de su instinto natural y forma de comunicarse. Aunque muchas personas creen que el lamido es una muestra de afecto, puede tener diferentes motivos, según los expertos. Philip Tedeschi, fundador del Instituto para la Conexión Humano-Animal, señala que los perros lamen por un impulso innato, ya sea para saludar, demostrar afecto o por hambre. El lamido puede ser una forma de reconocernos y familiarizarse con nosotros a través del sentido del gusto del perro.
El lamido como saludo es una manera en que los perros expresan emoción al reencontrarse con sus dueños. Al lamer, pueden obtener información sobre la persona, como su composición química, estado anímico y de salud. Por otro lado, el lamido también puede ser una muestra de afecto y un medio para fortalecer los lazos con los miembros de su familia humana. Desde cachorros, los perros aprenden a lamer como una forma de demostrar cariño y cercanía hacia sus dueños.
Según la doctora Alexandra Horowitz, los perros pueden lamer por hambre, como un comportamiento instintivo aprendido de los cánidos salvajes. Sin embargo, esto no significa necesariamente que siempre estén buscando comida de sus propietarios. Los perros han desarrollado una conexión especial con los humanos a lo largo de milenios, lo que les permite interpretar nuestras emociones con precisión. Cuando sus dueños expresan enojo o tristeza, los perros suelen buscar reconfortarlos mediante muestras de afecto y comportamientos empáticos.
Demostrar cariño a un perro no siempre requiere de abrazos, ya que este gesto puede generar estrés en las mascotas. En cambio, otros gestos como acariciar su lomo, pecho o cuello con delicadeza pueden ser más reconfortantes para ellos. Compartir momentos de diversión y jugar juntos también son maneras de expresar amor a los perros. Además, premiar con golosinas el buen comportamiento refuerza el vínculo entre el perro y su dueño, haciendo que la mascota se sienta valorada y querida.
La relación entre perros y humanos es milenaria, y se basa en la capacidad de los perros de interpretar y responder a nuestras emociones. Los perros pueden actuar de manera empática ante el enojo o tristeza de sus dueños, buscando reconfortarlos con muestras de afecto. Es importante comprender las señales que los perros emiten y evitar situaciones que generen estrés en ellos, como los abrazos. En su lugar, es mejor optar por gestos que los hagan sentir seguros y amados, fortaleciendo así el vínculo entre el perro y su dueño.