La temporada de huracanes del Atlántico Norte comenzó oficialmente el 1 de junio y se espera que sea más intensa de lo habitual, con el doble de huracanes pronosticados. Los meteorólogos de la Agencia Meteorológica estadounidense estiman que entre 17 y 25 grandes depresiones podrían formarse, de las cuales entre 8 y 13 podrían convertirse en huracanes, con vientos superiores a 119 km/h. La región más afectada sería el Caribe, el Golfo de México y la costa sureste de Estados Unidos.
El regreso de La Niña, un fenómeno climático que provoca un ligero enfriamiento general, es una de las razones por las cuales se espera una temporada de huracanes excepcionalmente intensa. La transición de El Niño a La Niña afecta las corrientes atmosféricas superiores, lo que podría favorecer la formación de más ciclones. Además, la temperatura récord del océano Atlántico en los últimos 12 meses alimentará los ciclones, haciéndolos más potentes y con más lluvias.
El cambio climático también está empeorando la situación, contribuyendo al calentamiento de las aguas y al aumento de la intensidad de los ciclones. A pesar de que no se ha podido explicar completamente, se cree que la prohibición de combustibles altamente contaminantes en el transporte marítimo y la erupción del volcán Hunga Tonga podrían haber contribuido al calentamiento del Atlántico. Los científicos alertan sobre la importancia de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para evitar huracanes más frecuentes y violentos en el futuro.
Huracán, ciclón tropical o tifón, son diferentes nombres para el mismo fenómeno que afecta a diferentes regiones del planeta. La temporada de huracanes se presenta intensa debido a las condiciones climáticas especiales, con La Niña como un factor determinante. Se espera un mayor número de huracanes y con mayor intensidad, lo que podría representar un riesgo para las regiones costeras del Atlántico Norte.
Los meteorólogos estadounidenses consideran que sus previsiones son fiables en un 70% y nunca antes habían pronosticado un número tan alto de huracanes para una temporada. Aunque se espera que los huracanes afecten principalmente al Caribe, el Golfo de México y la costa sureste de Estados Unidos, no todos necesariamente tocarán tierra firme. Es fundamental estar preparados para enfrentar estos fenómenos naturales y tomar medidas para limitar su impacto, especialmente en un contexto de aumento del cambio climático.
Para mitigar la intensidad de huracanes futuros y limitar el impacto del cambio climático, es urgente reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. El calentamiento del océano Atlántico y las condiciones meteorológicas actuales hacen que se pronostique una temporada de huracanes más frecuente y más violenta en el futuro. Es vital tomar medidas ahora para proteger nuestras comunidades costeras y al mismo tiempo abordar las causas subyacentes del cambio climático.