Ebrahim Raisí, presidente ultraconservador de Irán, falleció en un accidente de helicóptero tras una presidencia marcada por la ortodoxia ultraconservadora y la represión en la República Islámica. Raisí, protegido del líder supremo Ali Jameneí, asumió la presidencia en 2021 y fue conocido por intensificar las políticas de uso del velo islámico y la represión interna. Su mandato estuvo marcado por protestas y enfrentamientos con Israel, incluyendo el primer ataque directo de Irán contra el país vecino.
Antes de convertirse en presidente, Raisí tuvo una carrera judicial en la que ocupó varios cargos importantes en el sistema judicial iraní. Nacido en una familia religiosa en la ciudad santa de Mashad, estudió en escuelas religiosas y se convirtió en un clérigo respetado. Conocido como el "juez de la horca", Raisí fue parte de un comité que supervisó ejecuciones de presos políticos en 1988, lo que lo ganó una reputación de hombre duro y sin contemplaciones.
Durante su presidencia, Raisí enfrentó críticas por la represión de la oposición interna en Irán, incluyendo arrestos y juicios a activistas, artistas y mujeres que se oponían al régimen. La muerte de una joven de 22 años por no llevar bien puesto el hiyab desató protestas masivas que fueron duramente reprimidas por las autoridades. Además, se produjo un ataque directo de Irán contra Israel en respuesta a un incidente en Siria en el que soldados iraníes murieron.
Raisí había sido considerado como un posible sucesor del líder supremo Ali Jameneí debido a su cercanía con él y su larga carrera en la política y la judicatura iraní. Sin embargo, su represión interna y su confrontación con Israel marcaron su presidencia con polémica y violencia. Su muerte en un accidente de helicóptero pone fin a una era en la política iraní y deja incertidumbre sobre quién será su sucesor y cómo continuará la política del país en el futuro.