Dos hermanos australianos, Callum y Jake Robinson, junto con su amigo Jack Carter Rhoad, fueron asesinados en México mientras realizaban un viaje en el que surfeaban por la costa de Baja California. Los tres fueron encontrados con heridas de bala en la cabeza en un pozo en el estado de Baja California. Se cree que fueron atacados cuando resistieron un intento de robo de su camioneta. Tres personas han sido detenidas en relación con las muertes, una de ellas acusada de desaparición forzada. Las autoridades mexicanas continúan investigando el caso para esclarecer los hechos.
Callum Robinson, de 33 años, vivía en San Diego y era graduado de la Universidad Stevenson de Maryland. Era un destacado jugador de lacrosse y también sufría de diabetes. Su novia, Emily Horwath, compartió mensajes de dolor en redes sociales tras su muerte. Sus familiares y amigos lo recordaron como un estudiante y atleta ejemplar, así como un amigo leal. Callum había manifestado su deseo de regresar a Australia, formar una familia y crecer, según relatos de personas cercanas.
Jake Robinson, el hermano menor de Callum, era un apasionado viajero que compartía sus experiencias en Instagram. Había viajado previamente por Indonesia y asistido al festival de música Coachella en California. Tras sus viajes, tenía previsto trabajar como médico en Australia. Sus amigos y conocidos lo describen como una persona amable y sonriente, y lamentan profundamente su fallecimiento. Jake dejó huella en quienes lo conocieron y se muestra consternación por la forma en que ocurrieron los hechos.
Jack Carter Rhoad, de 30 años, era amigo de Callum y trabajaba en una empresa de servicios tecnológicos. Anteriormente había fundado su propia empresa de ropa y había sido futbolista profesional en Guatemala. Además, participó como voluntario en viajes humanitarios a diferentes países. Amigos y familiares de Jack lo recuerdan como una persona llena de alegría y bondad, y expresan su dolor por la difícil situación que están atravesando. Se ha iniciado una campaña de recaudación de fondos para apoyar a la familia de Jack en este momento tan complicado.
La muerte de los tres jóvenes australianos ha conmocionado a sus seres queridos y a la comunidad de surfistas en Australia y Estados Unidos. La tragedia pone de manifiesto los riesgos de violencia que existen en algunas zonas turísticas de México, especialmente en Baja California, donde se ha registrado actividad de grupos criminales. Las autoridades continúan investigando el caso para determinar la responsabilidad de los detenidos en los asesinatos. La memoria de Callum, Jake y Jack permanecerá viva en quienes los conocieron y compartieron momentos especiales con ellos.