Quisqueya Henríquez fue una artista excepcional, creativa e introspectiva, cuya prematura muerte ha generado una profunda tristeza en quienes la admiraban. Su ausencia deja un vacío en el arte contemporáneo dominicano, que en pocos años ha sido golpeado por la pérdida de varios talentos. Quisqueya Henríquez, nacida en Cuba pero con raíces dominicanas, se destacaba por su entrega, pasión y constante búsqueda de trascender la mera estética en su obra.
Desde una edad temprana, Quisqueya Henríquez mostró su talento y pasión por el arte contemporáneo, desarrollando una personalidad integrada al Caribe mientras se formaba en Cuba. Su padre, un reconocido intelectual dominicano, influyó en su vida y en su vocación artística. A lo largo de los años, Quisqueya Henríquez se estableció en la República Dominicana, donde realizó exposiciones y trabajó en colaboración con diversos museos y galerías.
Una de las obras más destacadas de Quisqueya Henríquez fue "Helado de agua de mar Caribe", una fotografía que recibió el Premio del XIX Concurso Eduardo León Jimenes en 2002. Esta obra se presentó de manera efímera en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, explorando temas como la colonización marítima y la fugacidad del arte. A través de su trabajo, Quisqueya Henríquez demostró su capacidad para innovar y sorprender al público.
En 2020, Quisqueya Henríquez expuso en el Museo Fernando Peña Defilló, presentando una colección de pinturas, esculturas y ensamblajes que reflejaban su constante experimentación y evolución artística. A pesar de su diversidad, la muestra se centraba en la pintura, demostrando la versatilidad y profundidad de su trabajo. Quisqueya Henríquez destacaba por su enfoque meticuloso y su compromiso con explorar nuevos medios y géneros.
La trágica muerte de Quisqueya Henríquez ha dejado un vacío en la comunidad artística dominicana y en todas aquellas personas que tuvieron el privilegio de conocerla y admirar su obra. Su legado perdurará en el recuerdo de quienes la apreciaron y en la influencia que ejerció en el arte contemporáneo de la región. A través de su creatividad, pasión y compromiso con la innovación, Quisqueya Henríquez dejó una huella imborrable en el panorama cultural de su país.