Carlos Pimentel ha sido mencionado como uno de los funcionarios que ocupan dos cargos de manera paralela en el Gobierno actual, lo cual ha sido señalado en varias ocasiones durante la gestión del presidente Luis Abinader. Además de dirigir Contrataciones Públicas, se le designó como director ejecutivo de Alianzas Público-Privadas mediante el decreto 624-24, ocupando el espacio dejado por Sigmeund Freund, quien ahora está a cargo del Ministerio de Administración Pública. Juan Manuel Méndez, director del Centro de Operaciones de Emergencias, también fue colocado en la Dirección de Emergencias Médicas del Servicio Nacional de Salud.
La vicepresidenta Raquel Peña, quien también encabezó el Gabinete de Salud en 2020, ahora ha sido designada como coordinadora del Gabinete de Educación en este año. Otro funcionario que ocupa dos posiciones es Bartolomé Pujals, quien dirige el Gabinete de Innovación y Desarrollo Digital al mismo tiempo que la Oficina Gubernamental de Tecnologías de la Información y la Comunicación (Ogtic). Celso Marranzini, vicepresidente ejecutivo del Consejo de Administración de la Empresa de Generación Eléctrica Punta Catalina y presidente del Consejo Unificado de las Empresas Distribuidoras de Electricidad (CUED), también ejerce dos roles en el gobierno.
Jean Luis Rodríguez es otro funcionario que cumple con dos roles en el Gobierno, siendo director de la Autoridad Portuaria Dominicana desde 2020 y también designado como director de la Oficina Coordinadora General del Fideicomiso RD-Vial. Estas múltiples designaciones han generado cuestionamientos sobre la eficacia y transparencia de la gestión gubernamental, especialmente en lo que respecta a posibles conflictos de interés y falta de dedicación exclusiva a una sola institución. La asignación de dos cargos a un mismo funcionario puede generar preocupaciones sobre su capacidad para cumplir con las responsabilidades de ambos roles de manera efectiva.
Es importante destacar que, más allá de las designaciones individuales de funcionarios en múltiples cargos, la práctica de ocupar roles paralelos en el Gobierno puede ser indicativa de una falta de planificación y organización en la distribución de responsabilidades. Esto puede afectar la eficiencia y transparencia de la gestión pública, ya que los funcionarios pueden no tener la capacidad ni el tiempo necesario para dedicarse de manera exclusiva a las tareas de cada institución que dirigen. Además, la superposición de roles puede generar conflictos de interés y dificultar la supervisión y rendición de cuentas por parte de los ciudadanos y los organismos de control.
Ante la creciente preocupación por la acumulación de cargos en el Gobierno, es fundamental que las autoridades competentes tomen medidas para garantizar la transparencia, la eficacia y la rendición de cuentas en la gestión pública. Esto podría implicar una revisión de las normativas y políticas de designación de funcionarios en múltiples cargos, así como la implementación de mecanismos de supervisión y control más rigurosos para evitar posibles conflictos de interés y garantizar que los servidores públicos puedan desempeñar sus funciones de manera eficiente y dedicada. La claridad en la distribución de responsabilidades y la exclusividad en las funciones asignadas a cada funcionario son fundamentales para asegurar una gestión gubernamental transparente y efectiva.