Hace un año, la organización islamista Hamás llevó a cabo ataques inéditos en varias localidades israelíes y en un festival de música cerca de la franja de Gaza, resultando en la muerte de cerca de 1200 personas y 251 rehenes. Posteriormente, Israel respondió con represalias masivas, causando la muerte de más de 41,000 personas en Gaza y desencadenando una guerra regional. La sociedad israelí sigue traumatizada por estos eventos.
En el kibutz Nir Oz, ubicado a menos de 3 kilómetros de Gaza, se escucha la guerra a lo lejos y se ven las consecuencias de los ataques, con casas quemadas o abandonadas. Irit Lahav, una sobreviviente de los ataques, cuenta su experiencia y el miedo que siente al regresar a su antigua casa. Relata cómo ella y su hija se refugiaron en un cuarto blindado durante horas, escuchando disparos y temiendo por sus vidas.
A pesar de los ataques del Hamás y la tragedia vivida en Nir Oz, solo cuatro personas han regresado a vivir en el kibutz un año después de los acontecimientos. Uno de ellos es Natan Bahat, de 86 años, quien comparte su esperanza de que los sobrevivientes decidan reconstruir el kibutz y volver a habitarlo. La comunidad de Nir Oz ha decidido conmemorar la masacre de una manera diferente a la ceremonia oficial organizada por el gobierno.
Irit Lahav y otros habitantes de Nir Oz critican al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, y sienten que el país los abandonó durante los ataques. Lahav cuestiona la respuesta tardía del ejército y la falta de ayuda mientras estaban siendo atacados. A pesar de todo, muchos sobrevivientes mantienen la esperanza de reconstruir y regresar a sus hogares.
A un año de los trágicos eventos, la comunidad de Nir Oz recuerda a las víctimas y a los rehenes que perdieron su vida o su libertad en los ataques del Hamás. Muchos expresan su desacuerdo con las políticas del gobierno y buscan formas alternativas de conmemorar la masacre. El tema sigue siendo delicado en la región, con profundas heridas que aún no han sanado.
Aunque la guerra y los ataques de hace un año dejaron profundas cicatrices en la sociedad israelí y en las comunidades afectadas, hay un sentimiento de esperanza entre los sobrevivientes que buscan reconstruir y regresar a la normalidad. La tragedia en Nir Oz y otros lugares afectados por los ataques del Hamás sigue siendo un recordatorio de los peligros y desafíos que enfrentan los habitantes de la región, pero también una muestra de la resiliencia y determinación de quienes buscan reconstruir sus vidas.