La temporada de huracanes en el Atlántico se prevé por encima del promedio, con la posibilidad de hasta 13 huracanes, de los cuales hasta 7 podrían ser de gran intensidad, según la NOAA. Esta agencia gubernamental de Estados Unidos atribuye esta actividad a La Niña y a las temperaturas oceánicas más cálidas de lo habitual. La temporada se extenderá desde el 1 de junio hasta el 30 de noviembre, y se podrían formar entre 17 y 25 tormentas con vientos superiores a los 62 km/h.
Los expertos advierten que es importante estar preparados ante la posibilidad de una temporada de huracanes intensa. Se recomienda a la población en zonas vulnerables tener un plan de emergencia y estar informada sobre los protocolos de seguridad. La NOAA también destaca la importancia de seguir las noticias y las recomendaciones de las autoridades en caso de alertas o evacuaciones. La preparación y la prevención son clave para minimizar los daños causados por los huracanes.
En el Caribe, la temporada de huracanes es un tema de preocupación constante debido a la vulnerabilidad de la región ante estos fenómenos naturales. Los países caribeños suelen estar en la trayectoria de los huracanes que se forman en el Atlántico, lo que aumenta el riesgo de impactos graves en las comunidades. La cooperación regional y la coordinación entre los países son fundamentales para la gestión de desastres y la respuesta ante emergencias.
En el caso de República Dominicana, el país está acostumbrado a lidiar con los huracanes durante la temporada ciclónica. Las autoridades locales y la población han desarrollado planes de contingencia y medidas de prevención para hacer frente a estos eventos. Sin embargo, la temporada de huracanes de este año presenta un desafío adicional debido a la pronosticada intensidad de la actividad ciclónica en el Atlántico. Es crucial que se refuercen las medidas de protección y que la población esté preparada para hacer frente a cualquier emergencia.
Ante la previsión de una temporada de huracanes por encima del promedio en el Atlántico, es importante que la población se mantenga informada y tome las precauciones necesarias para protegerse a sí misma y a sus familias. La colaboración entre las autoridades, los organismos de socorro y la comunidad es esencial para garantizar una respuesta efectiva ante cualquier emergencia. La preparación y la conciencia sobre el riesgo de los huracanes son clave para minimizar los impactos y proteger la vida y la propiedad de las personas en las zonas vulnerables.