La mañana del Día de Acción de Gracias en San Antonio, Texas, se vio marcada por un trágico tiroteo que dejó dos personas muertas y otras dos heridas. El incidente ocurrió en una residencia en el lado este de la ciudad, donde las cuatro víctimas se encontraban en el momento de los disparos. El sospechoso, un hombre en sus 20 años, disparó y luego fue detenido por la policía. William McManus, jefe de la Policía de San Antonio, mencionó que todas las personas involucradas se conocían entre sí y lamentó que este tipo de eventos ocurran con frecuencia durante Thanksgiving.
El sospechoso, descrito como un hombre en sus 20 años, habría disparado al salir de la residencia. Aunque no se ha revelado el motivo de los disparos, se sabe que todas las personas implicadas tenían algún tipo de relación previa. Tras el tiroteo, el sospechoso fue arrestado y se encuentra bajo custodia policial mientras continúa la investigación para determinar las causas exactas del ataque y recopilar evidencia.
McManus mencionó que este tipo de tiroteos durante festividades familiares son un fenómeno común, y expresó su preocupación por la frecuencia con la que ocurren. La investigación sigue en curso y las autoridades están trabajando en reunir testimonios y pruebas para esclarecer lo sucedido y brindar respuestas a la comunidad de San Antonio, que se vio conmocionada en un día tradicionalmente asociado con la unión familiar y la gratitud.
En Estados Unidos, las consecuencias legales para un sospechoso involucrado en un tiroteo como este pueden variar según los cargos específicos que se le imputen, las leyes del estado de Texas y las circunstancias del caso. En el caso del homicidio intencional, la pena puede ser cadena perpetua o entre 5 y 99 años de prisión, y factores agravantes como el uso de un arma de fuego pueden influir en la gravedad de la condena. En casos de asesinato capital, como el ocurrido, la pena de muerte es una posibilidad según la decisión del fiscal.
Si las dos personas heridas sobreviven, el sospechoso podría enfrentar cargos por intento de homicidio, con penas de entre 2 y 20 años de prisión por cada intento. El uso de un arma de fuego durante el delito puede llevar a sanciones adicionales que sumen hasta 10 años más a la condena, y el porte ilegal de armas o violación de libertad condicional pueden agregar años a la sentencia final. Con base en la evidencia recopilada, las autoridades determinarán los cargos y la pena correspondiente.