Las autoridades federales estadounidenses confirmaron que hubo un intento de asesinato contra el expresidente Donald Trump el domingo en un campo de golf en Florida. El FBI está investigando el caso, considerándolo extremadamente grave. El sospechoso, Ryan Wesley Routh, de 58 años, fue descubierto acechando al expresidente con un rifle de asalto y otras armas durante casi 12 horas.
Se recuperaron pruebas físicas del lugar de los hechos, incluyendo un rifle de asalto AR-47, mochilas, una cámara GoPro y una bolsa de comida, entre otros elementos. El sospechoso no llegó a disparar ni a Trump ni a los agentes presentes, y fue arrestado. Se encontraron pruebas de ADN y otros dispositivos que fueron confiscados para su análisis en las oficinas del FBI en Quantico.
Ryan Wesley Routh fue acusado en un tribunal de Florida por poseer armas de fuego, enfrentando hasta 20 años de cárcel por estos cargos. Se reveló que Routh estaba obsesionado con la guerra en Ucrania y había votado por Trump en 2016, aunque luego se sintió decepcionado por su mandato. El expresidente Trump culpó a la "retórica de la izquierda comunista" por este nuevo intento de asesinato, advirtiendo sobre la violencia que podría continuar.
El FBI lidera la investigación del caso como un intento de asesinato contra el expresidente, que se encuentra en sus etapas iniciales. La residencia de Trump en Mar-a-Lago también está bajo el máximo nivel de seguridad posible, con controles de acceso y cierres de tráfico. El Servicio Secreto de EE. UU. confirmó que el sospechoso no llegó a disparar, a pesar de haber estado armado con un rifle AK-47 con mira telescópica.
El expresidente Trump enfrentó otro intento de asesinato durante un mitin de campaña en julio pasado, donde fue herido por un tirador. Trump responsabilizó a la "retórica de la izquierda comunista" por estos ataques, advirtiendo que la situación podría empeorar. Este nuevo intento de asesinato ha generado preocupación por la seguridad del expresidente y la necesidad de reforzar las medidas de protección en su entorno.
Las autoridades continúan investigando el caso para determinar las motivaciones del sospechoso y si actuó solo o en complicidad con otros. El expresidente Trump continúa bajo alta protección debido a la gravedad de los hechos y la posibilidad de nuevos intentos de ataque en el futuro. El incidente ha puesto de manifiesto la polarización política y la violencia en la sociedad estadounidense, generando debate sobre la importancia de la seguridad en la vida de los líderes políticos.