Dos días después de su segundo intento de asesinato, Donald Trump retomó su campaña en el estado clave de Michigan. Kamala Harris también habló, condenando el "discurso de odio" de su rival. La seguridad en torno al candidato republicano se ha reforzado con la presencia de guardaespaldas y policías de élite. Trump agradeció a los agentes del Servicio Secreto que lo protegen y relacionó el atentado con sus planes de imponer impuestos a las importaciones de coches de México y China.
Trump recibió llamadas de Joe Biden y Kamala Harris después del incidente, siendo la conversación con Harris cordial y breve. El candidato republicano hizo hincapié en la importancia de la protección presidencial y resaltó la figura del agente que neutralizó al sospechoso en su campo de golf. Trump también se refirió al intento de asesinato como un indicio de su relevancia como presidente. En otra ocasión, afirmó que solo disparan a los presidentes importantes.
En un discurso ante la Asociación de Periodistas Negros en Filadelfia, Kamala Harris condenó el papel de Trump en la difusión de información falsa sobre migrantes haitianos. La candidata demócrata destacó la importancia de no confiarle la presidencia a alguien que promueva el discurso de odio. La cuestión racial en Estados Unidos es crucial en la vida social y política, con la mayoría de los afroamericanos votando por los demócratas, aunque algunos jóvenes negros muestran interés en las políticas económicas de Trump.
Harris ha evitado utilizar el color de su piel como argumento electoral, enfocándose en ganarse el voto de los hombres negros a través de sus políticas y puntos de vista. La competencia por atraer a este electorado se intensifica entre Trump y Harris. La senadora ha expresado su confianza en que los estadounidenses están preparados para dejar atrás la era de Trump y avanzar hacia un nuevo capítulo en la política del país. La lucha por el voto afroamericano se convierte en un factor determinante para ambos candidatos.