El expresidente estadounidense y candidato republicano, Donald Trump, celebró un mitin al aire libre en la ciudad de Asheboro, en Carolina del Norte, con medidas de seguridad reforzadas después de un intento de asesinato el mes anterior. Trump estuvo protegido por láminas de cristales antibalas y centró su discurso en la seguridad nacional, destacando que Estados Unidos era más fuerte bajo su mandato y alegando que guerras como la de Ucrania no habrían ocurrido si él hubiera seguido en el poder.
En su discurso, Trump afirmó que su actitud evitaba conflictos bélicos y que lograba detener guerras con simples llamadas telefónicas. También denunció que el actual presidente, Joe Biden, y la vicepresidenta, Kamala Harris, están llevando al país al borde de una Tercera Guerra Mundial, prometiendo que él devolverá la paz al mundo. El magnate neoyorquino, de 78 años, resultó herido en un intento de asesinato el mes anterior durante un mitin en Butler, Pensilvania, donde un joven le disparó. Esta situación llevó a la dimisión de la entonces directora del Servicio Secreto debido a errores en la seguridad en ese encuentro.
El Servicio Secreto ha aprobado un plan para incrementar la seguridad de Trump, que incluye el uso de pantallas de vidrio blindado en sus apariciones públicas. Estas láminas a prueba de balas solo se proporcionan a presidentes y vicepresidentes cuando se considera necesario en eventos al aire libre. La comparecencia de Trump en Asheboro fue la primera con este nuevo dispositivo de seguridad y tuvo lugar en medio de una intensa semana de campaña, en la que él y su candidato a vicepresidente, el senador JD Vance, intentan contrarrestar la atención mediática centrada en la Convención Nacional Demócrata de Chicago.
Durante la semana de campaña, Trump y su equipo visitarán cuatro estados clave como Pensilvania, Michigan, Carolina del Norte y Arizona, centrándose en temas cruciales para los conservadores como la inmigración, la seguridad y la economía de cara a las elecciones presidenciales del 5 de noviembre. La estrategia del expresidente republicano es mostrar fortaleza y seguridad en sus actos públicos, reforzando su imagen como líder capaz de mantener la paz y proteger los intereses de Estados Unidos en el mundo. Su discurso se basa en la crítica a la gestión de Biden y Harris, prometiendo un retorno a la estabilidad y la seguridad bajo su posible nuevo mandato.